11

3.8K 357 50
                                    

Harry ayudó a Percy y a Grover yendo a dejar a la momia en el desván, se quedaron durante un rato, hablando, Harry observan algo contrariado que el trofeo de guerra del que quería deshacerse estaba ahí.

Se preguntaba por qué Katie no lo había incinerado como le pidió.

En esos momentos entró Thalia, se miraba enojada.

—Grover, dile a Percy que mueva el culo y baje ya. Dionisio ha convocado un consejo con los líderes de las cabañas para analizar la profecía, lo cual, lamentablemente, incluye a Percy.

Y se fue, a Harry le parecía muy infantil y dramático de parte de la hija de Zeus, lo cual explicaba en qué se parecía a su padre.

La última vez que había visto a Zeus actuaba de la misma manera con Poseidón.

—Suerte, Perce —dejó un beso en su mejilla—. Yo iré a mi cabaña y en un momento voy a la tuya.

Percy asintió, con un mueca de resignación y le dio un abrazo corto.

Harry salió de la casa grande mandándole su mejor mirada de después-te-mato a Thalia, esta apartó la vista, como si entendiera a que se refería y por qué se la mandaba.

No te metas con Percy mientras Harry Potter está delante. Mejor aún, simplemente no te metas con Percy.

El mar odiaba ser aprisionado.

***

—Quirón quiere que pase las navidades con mamá —murmuró Percy.

—Eso es genial, Perce, anímate, la verás.

—Si mamá acepta, ¿vendrías conmigo?

Harry no respondió.

Percy trató de crear un arco iris, cuando funcionó se aclaró la garganta, hizo la ofrenda a la diosa y tomó aire.

—Muéstrame a Sally Jackson. En el Upper East Side, Manhattan.

Entonces, en la niebla se dibujó una escena inesperada. Sally estaba sentada en la mesa de la cocina con un tipo. Y se desgañitaban en risas. Había un montón de libros de texto entre los dos. El hombre tendría unos treinta y pico. Llevaba el pelo entrecano bastante largo y vestía una chaqueta marrón y camiseta negra.

Tenía pinta de actor: la clase de tipo que interpreta a un agente secreto en la TV.

Tanto Harry como Percy estaban bastante estupefactos, pero Harry rápidamente se dio la vuelta y se tapó la cara en un pseudo intento de respetar la privacidad de Sally Jackson, Percy no reaccionaba.

—Eres bastante impresionante, Sally —le dijo el tipo—. ¿Quieres más vino?

—Uy, no debería. Sírvete tú si quieres.

—Antes sería mejor que vaya al cuarto de baño. ¿Puedo?

—Al fondo a la derecha —indicó Sally, conteniendo la risa.

El actorcillo sonrió, se levantó y salió de la cocina.

—¡Mamá! —dijo, saliendo de su estupefacción.

Sally dio un respingo tan brusco que por poco derriba los libros, finalmente le observó.

—¡Percy, cariño! ¿Va todo bien?

—¿Qué estás hacie...?

—¡Perseus! —le regañó Harry, golpeando su hombro.

—Hago los deberes —murmuró, hasta que comprendió su expresión —. Ah, él es Paul, digo... El señor Blofis. Está en mi taller de escritura.

Campeón [finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora