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¡MUNDO MÁGICO EN CRISIS! EL NIÑO QUE VIVIÓ FUE SECUESTRADO.

Durante la incursión del alumnado de Hogwarts al pueblo de Hogsmeade este miércoles por la tarde, un grupo de Mortífagos atacaron el pueblo, causando destrozos por todas partes.

Entre la distracción y el caos uno de ellos tomó a Harry Potter, pero su amiga llamada Sally—Anne Perks trató de evitarlo, lo único que quedó como recuerdo de que Harry Potter fue raptado fue su brazalete, el cual fue entregado a su mejor amiga.

Debido a la reciente fuga de Azkaban por parte de mortífagos como Bellatrix Lestrange y su esposo, Rodolphus Lestrange, todo el mundo está en pánico.

¿Podrían ser ellos los causantes?

[Véase el artículo completo en la página 12].


—¡Pero si ya eres noticia, bebé Potter! —exclamó Bellatrix, dejando su varita justo debajo de mi oreja—. Todo el mundo sabe que su salvación está bajo el poder de los mortífagos, te mantendremos vivos para cuando nuestro señor vuelva, así él tendrá el placer de matarte.

—Aléjate maldita zorra —le escupí en la cara y eso hizo que se enfadara.

Ups.

—¿Sabes cuál es la maldición torturadora? —dijo, pinchando con más fuerza—. La maldición cruciatus. Lo interesante de esto es que debes de tener la voluntad para hacer sufrir a la persona... ¡Crucio!

Se me destrozó la garganta ante el grito de dolor que escapó de mis labios, arqueé la espalda y sentí como si cada uno de mis huesos se quebraran una y otra vez, millones de cuchillos clavándose en mi cuerpo, mis pulmones ardían y en algún punto comenzó a salir sangre de mis oídos y de mi nariz, tal vez fue un minuto, quizás cinco, o más lo que duró la maldición haciendo estragos en mi cuerpo y en mi cabeza.

—¿Bebé Potter está bien? —dijo, haciendo un puchero, en su mano tenía una daga, no sabía cuándo había llegado a sus manos, pero eso no significaba nada bueno—. Nos vamos a divertir mucho.

***

Respiré lentamente y traté de agazaparme contra la pared de Mármol (lo cual me dejaba pensando quién demonios hacía mazmorras de mármol), en mi antebrazo derecho había perforado con la daga unos dos centímetros, estaba escrito "traidor a la sangre" la herida aún estaba sangrando un poco y dolía, pero no tanto como el resto mi cuerpo.

Tal vez no habían pasado más de unas horas, o unos días, no lo sabía.

Mis tobillos y muñecas estaban apresados con grilletes de plata con runas supresoras, había salas anti-aparición en el área y cuando traté de desaparecer Bellatrix arrancó el traslador de mi cuello, destruyéndolo frente a mis ojos.

El lugar estaba lleno de luz, no había sombra en ningún momento, no la suficiente para un viaje, además de que estaba demasiado débil para intentarlo siquiera.

Parecía que sabían que estaba fuera de juego en esas circunstancias.

Había intentado cambiar a mi forma animaga pero no podía, me estaba desesperando.

***

Percy

—¿Pasa algo, hijo? —Preguntó mamá, estábamos cenando y al parecer me había quedado perdido en mis pensamientos—. Son tus favoritos.

Miré mi plato, ni siquiera había tocado mis panqueques azules, mis padres me miraron atentamente y yo exhalé el aire que había en mis pulmones y golpeé mi cabeza en la mesa.

—Dos semanas —tomé el tenedor y pinché mis panqueques.

—¿Dos... Semanas? —repitió Paul, yo hice un ruido afirmativo, mamá se miró comprensiva.

Campeón [finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora