- ¿Entonces estás cómodo en casa? - preguntó Oscar, mi tío.
- Sí, es agradable aunque no te lo niego, extraño España y el horario me pega durísimo.
- Por cierto, si tienes que traer a tus compañeros para algún trabajo siéntete en la libertad de hacerlo, solo coordínate con tu primo.
- Lo haré, muchas gracias.
- Buena suerte en tu primer día, llámame cualquier cosa - dijo en despedida.
Relajé mi rostro ante la libertad que me daban, era cómodo sentirse a gusto.
- ¿Es muy largo el camino a la escuela? - pregunté.
- No, quince minutos en auto.
- Perfecto.
- Mmm, Christopher vendrá por ti - soltó.
- ¿Perdón? Pero si mi tío dijo que irías a dejarme tú - respondí.
- Lo sé, pero tengo un examen importante que lo debo hace mucho, no te preocupes que Christopher es como mi hermano.
Mis ojos lo miraron profundamente, al parecer a su amigo le faltaba poco para vivir aquí.
Fui en dirección a la puerta, en mi interior ya me imaginaba quién era.
- Hey, veo que estás listo.
- ¿Enserio me irás a dejar tú?
- Solo lo hago por mi amigo, si no le va bien en esa prueba tendré que tomar una asignatura sin él y te darás cuenta que somos como hermanos.
- Pasa, aún es temprano, para que te digo que te sientas como en tu casa si no sales nunca de aquí - molesté.
- Agradece que tengo un buen sentido del humor, sino créeme que estarías inconsciente en una camilla de hospital.
Cerré la puerta ignorando ese comentario propiamente tal, al solo ver como ambos se saludaron no dudé en que tenían una fuerte unión.
- Voy tarde, Christopher, asegúrate que entre al colegio - molestó.
- Encantado - rió.
- Bien, suerte en tu primer día chiquitín - dijo besando mi frente.
- Estúpido este - solté molesto.
- Oye, como que vienes en mal plan, Ecuador es lo mejor en el mundo, te va a gustar.
- Eso espero, hasta el momento solo he conocido lo malo - dije referente a él.
- ¿Qué haces?
- Sentarme, aún falta para irnos.
- Oye, mira yo sé que comenzamos mal pero no fue mi culpa, deberías estar molesto con tu primo que él fue quien no te recogió - comentó sentado a mi lado.
- No estoy molesto Christopher, ya pasó, solo que no hablen de mi.
- ¿Qué tan bueno tenía ese tipo como para que huyas de España?
- ¿Perdón?
- ¿Qué? Eres grande Erick, tenía buen porte, hacía buen oral, qué...
- ¿Pretendes que te hable de mi sexualidad?
- ¿Por qué no? Somos hombres, además hoy en día todos disfrutamos del sexo y quién sabe te ayudo con consejos, tengo más experiencia que tú.
- No te subas por el cielo, además que vas a saber tú de...
- ¿De hacerlo con hombres? Es exactamente lo mismo - interrumpió.
Mi confusión de hizo notar a gran escala, su apariencia era la del típico chico malo que seguramente solo cogía con mujeres.
- ¿Has tenido relaciones con otros hombres?
- Sí, se disfruta no te lo niego.
- No pensé que eras...
- Solo disfruto de mi vida sexual, punto. En esta vida hay que disfrutar los placeres y satisfacer las fantasías, tómalo como consejo - recomendó.
Solté una pequeña carcajada, me agradó la forma en la que veía lo relacionado al sexo, normalmente las personas no acostumbran a ser así.
- Ya, lo consideraré y si me da resultados te lo comento.
- Claro, aquí estaré para escucharte - dijo posicionando su mano en mi pierna.
No quité la vista de su mano hasta que noté que sus ojos estaban posados en mi, su gran sonrisa entre esos labios rosa hizo que algo entre ambos se activara en un impulso mutuo que nos llevó al descontrol.
Jamás lo hubiera pensando, pero estaba disfrutando de aquellas manos y esos besos descontrolados de un completo desconocido.