Acomodé todo en la mesa de centro, creo que para ambos sería más cómodo y relajado.
- Esto se ve bueno cabron.
- Ni se te ocurra, es para Erick - advertí.
- Mierda, esto es raro. Tú cocinando, ordenando y para una sola persona.
- ¿Tú también? Qué solo es un agradecimiento.
- A nosotros nunca nos haces la cena - reclamó Zabdiel.
- Mira, Erick no está pasando un buen momento, coincido con Iván, tiene que distraerse - añadí.
- Mmm, ya.
No le tomé atención a sus gestos intencionados, al parecer todos se había puesto de acuerdo para fastidiarme.
- ¡Qué no! Ten, tus cosas, nos vemos mañana - dije empujándolo.
- ¿Me estás corriendo de mi propio departamento?
- Sí, que te vaya bien.
Cerré la puerta con un pequeño ataque de risa, llevar a Erick a mi casa hubiera sido comprometedor y mi madre no nos hubiera dejado en paz.
Christopher 20:11 pm.
¿Ya vienes?Erick 20:13 pm.
Creo que llegué, pero
me encontré con Zabdi.Christopher 20:15 pm.
Sube 😏Miré a mi alrededor esperando que ningún detalle se me haya escapado, me sentía fuera de mi normalidad.
- Hey, hola - saludó.
- Te ves muy bien.
- Mmm, tú...regular - bromeó.
- Me veo hermoso. Anda, pasa o soy capaz de dejarte afuera.
El aire pareció mezclarse con su perfume, no pude evitar analizar todo lo que mis ojos tenían a su paso.
- Creo que no te tenía tanta fe, está cool - halagó.
- Siéntate, que yo te atienda en tu puta vida se va a repetir.
- Uh, que amable.
Solté un respiro al recordar que sería yo quien debía ordenar, pero estaba feliz de que mi carne y los vegetales hayan tenido éxito.
- Provecho.
- Gracias, provecho también - deseó.
Esperé a que se llevara la comida a la boca, necesitaba tener la seguridad de que era algo de su agrado.
- ¿Y?
- ¿Y qué? - rió.
- ¿Si te gustó?
- Sí, está muy bueno, te felicito.
Llevé la comida a mi boca en lo que mi mirada estaba en el escote de su pecho, su forma de usar las camisas era muy propia a su estilo.
Cenamos a gusto, descubrí a un Erick divertido, de malos chistes pero su actitud lo recompensaba.
- ¿Quieres? Es solo espumante, me gusta - añadí.
- Claro y no te preocupes, yo no hago escándalos en la madrugada - molestó.
- ¡Basta ya! - reí.
- Gracias, estuvo todo realmente bueno.
Me senté a su lado para beber un poco más de aquel delicioso espumante, me sentía muy cómodo.
- Iván me vio salir de tu habitación - conté.
- Lo sé, me lo dijo.
- Es un fastidioso el pendejo ese.
- Dímelo a mi, me molestó todo el día.
- Quiere que sea su primo, dice que me prefiere más que a Joel.
Me miró perdido, su sonrisa era hipnotizante.
- De hecho se quedará con las ganas, porque ninguno de los dos me interesa.
- Qué perro eres - negué.
- ¿Por qué? Estoy en mi derecho, además creo que debo ir a mi ritmo, ustedes están en otra etapa de sus vidas pero como amigos me caen espectacular - agregó.
- Entonces Joel no te gusta.
- No, es muy lindo y tierno pero como te he dicho no estoy en un buen momento emocional.
- ¿Puedes olvidarte de ese hijo de puta de una buena vez?
- ¿Perdón?
- Si viniste a Ecuador al menos cumple tu objetivo, Erick, te engañó y de seguro mientras tú te lamentas por ese idiota él está complacido con quizás quien sabe.
- Vaya, gracias por tanto ánimo.
- Es que nadie te ha dicho las cosas como son. ¿Quieres que te hable bonito sobre lo que te hizo? Puedo hacerlo, pero te estaría mintiendo tal como lo hacen todos.
- Suficiente, ya me quedó claro - rió desanimado.
Lo atraje a mi cuerpo para que al menos sienta mi apoyo, nadie podía dudar en que era un buen chico.
- Disfruta de tu vida, de seguro alguien te va a corresponder - susurré.
- No eres el indicado para aconsejarme.
- ¿Por qué no?
- Porque tú eres como él, vas de persona en persona sin saber si quizás los demás sienten algo más que placer.
Me detuve a pensar, seguramente tenía razón pero yo no podía hacer nada, mis impulsos me controlaban.
Corrí un poco su camisa dejando a mi vista su hombro, disimulé besos que por sus gestos y sus ojos cerrados me daban a entender que disfrutaba.