Narra Christopher.
El peso en mis ojos provocó que estos se pudieran abrir como de costumbre, el color claro del techo llamó mi atención.
Me giré viendo como Erick dormía plácidamente, dejé escapar una sonrisa ante su postura tan tierna.
Extendí mi mano para tímidamente acariciar una de sus mejillas, estaba tan profundo en su sueño que a pesar de pasar una y otra vez mi dedo no despertó.
Era temprano, hice el menor ruido posible para dejarlo descansar a gusto.
- ¿Christopher?
- Iván - solté asustado.
- ¿Qué haces aquí y en la habitación de Erick?
Cerré la puerta evitando alguna respuesta, solo caminé en dirección a la salida sin poder lograrlo.
- Estaba viendo a Ollie, eso es todo.
- ¿No que no?
- No que no qué.
- Me dijiste que no pasaba nada con Erick, yo te conozco cabrón - señaló.
- Que idiota.
- Alguien quiere entrar a la familia - dijo cantado.
- Sabes que yo no voy seriamente con alguien, no es mi naturaleza.
- ¡Ah pero eso puede cambiar! A poco mi primo no está bello, son los genes bro.
- Osea sí...
- ¿Lo ves? - molestó.
Di unos cuantos golpes ante su recurrente fastidio, odiaba este tipo de juego de niños pequeños, nosotros estábamos para otras cosas, como disfrutar la juventud por ejemplo.
- Quiero que termines con ese tema, comienzas a incomodarme - aclaré.
- Como primo me agradas más tú que Joel, digo, pasamos más tiempos juntos y podría jurar que eres muy el prototipo de esa belleza llamada Erick.
- No lo creo, aún está dolido por lo del idiota ese, el imbécil que lo engañó.
- Lo sé, debe ser horrible.
- ¿Será lindo al menos?
- La verdad no lo sé, Erick es muy cerrado en ese tema y eso que he intentado que hable conmigo de eso, quizás le falta distraerse, no le hace bien estar encerrado aquí.
- Mmm, supongo.
- ¿Y si lo invitas a salir?
- ¿Para qué? Apenas tiene diecisiete.
- A veces eres tan tonto que me compadezco de tu madre. No todo son fiestas, alcohol o aventuras nocturnas.
- No, estás pidiendo mucho y como te he dicho, no tengo interés en él.
- Bueno, entonces se lo voy a plantear a Joel, quiero ver a mi primo feliz - añadió.
Crucé mis brazos al ver como era tan cambiante, pero lo comprendía, Iván estaba emocionado con la llegada de su primo.
- No se te ocurra comentar nada - susurré.
- ¡Primo! ¿Qué tal la noche?
- Hijo de puta - dije entre dientes.
- Este...¿Bien? Voy a desayunar.
- ¿No vas a saludar a mi mejor amigo? Me lo encontré acá abajo, creo que mi padre le abrió la puerta.
- Hola Christopher.
- Hola Erick.
Le di un pequeño codazo al ver como estaba conteniendo la risa, Erick no era tonto, algo sospechaba.
- ¿Desayunarán?
- Claro. ¿Te quedas Chris? - ofreció Iván.
- Bueno, gracias.
- Primo, estaba pensando en algo, quizás te sirva para distraerte y salir de esta casa.
- Wow, qué sería.
- Estaba pensando en que podrías ir con Jo...
- A cenar conmigo - interrumpí.
Su asombro fue evidente, por otro lado la expresión de mi amigo era de satisfacción extrema.
- Em...¿algo que celebrar?
- No, pero te debo un favor, quiero agradecerte por lo de anoche - solté.
- Los dejo, par de mentirosos - comentó.
- ¿Qué haces Christopher?
- Qué tiene, solo vamos a cenar, normal. ¿Quieres?
- Debo ir de alguna forma.
- ¿Es un sí?
- Es un me interesa.