Veía la emoción en los ojos de mi novio, para él todo aquí era nuevo y los simples detalles lo hacían feliz.
- Estoy muerto - solté tirado en la cama.
- ¡Nooo, Chris! Acabamos de llegar.
- Estuve muchas horas metido en un auto.
- Pero debemos ir a comer, así que arriba, va va va, obedece - ordenó.
Mi risa salió al notar como mis decisiones no eran propias en su totalidad, suponía que eso era parte de las relaciones, compartir experiencias y momentos juntos.
Estaba fascinado con la invitación del padre de mi mejor amigo, aunque al igual que todos me molestaba por mi ahora relación, para mi Oscar era como un tío, siempre que podía estaba para mi.
Salinas era un lugar realmente lindo, o quizás comenzaba a ver los pequeños detalles.
- ¿Por qué tu tío habrá pedido tres habitaciones? - pregunté curioso.
- La verdad no lo sé, al menos tendremos privacidad.
- Eso me gusta.
- ¿Que haremos? - preguntó Iván detrás de nosotros.
- ¿Les gustó el lugar? - preguntó Oscar.
- Increíble - respondí.
- ¡Oh, ahí vienen!
Tanto Iván, Erick y yo nos giramos intentando entender que pasaba, la expresión de mi amigo cambió apenas vió como aquella mujer besaba a su padre, quería molestarlo pero debía respetar el momento.
- Vaya mierda, ahora entiendo por qué tres habitaciones - comentó Iván.
- Al menos tu papá se ve feliz - añadí.
- Miren, ella es Carmen. Mi hijo Iván, mi sobrino dos sobrinos - presentó.
- ¡Ow, te dijo sobrino! - susurró mi novio.
- Que gusto, creo que no sabían que veníamos. Él es mi hijo, Gael - presentó.
Un movimiento de mano bastó para nosotros hiciéramos lo mismo, tenía facciones muy lindas y unos ojos de color similar a los míos, parecía preocuparse de si.
Caminos todos juntos, era extraño el silencio que había, Iván no articulaba la más mínima palabra.
- Oye, tampoco es para tanto tu papá merece rehacer su vida - susurré.
- Lo sé, pero por qué no me dice "sabes, llevaré a mi novia".
- Pero se nota que es amable y su hijo parece ser agradable.
- ¿Su hijo? ¿Y eso te importa? - preguntó mi novio.
- Me importas tú, aunque me gustan tus celos, te hacen ver...provocativo.
- Mmm, claro.
Lo detuve esperando a que los demás tomen un poco de distancia, lo envolví en mis brazos con un gran sentimiento.
- Si me hubiera querido meter con alguien lo hubiera echo, no lo haré ahora que ya estamos en algo serio - dije suave.
- ¿Pero lo viste? Si es llamativo.
- Uh, el celoso seré yo ¿eh?
- Te quiero, no volveré a decir algo así, me siento idiota.
- Pero eres mi idiota, mío - besé.
Cualquiera que me escuchara pensaría que no era yo, realmente había un cambio en mi, pero uno muy bueno.
- Me dijiste que eran tus sobrinos cariño.
- Sí, son novios, bueno Christopher siempre ha sido parte de la familia - añadió.
- Eso está bien, digo que no tengan miedo de mostrarse, tengo un amigo que es bisexual y es increíble - añadió Gael.
- ¿Si? Que bien, que gran comentario - soltó Erick con algo de seriedad.
- ¿Y sus padres saben? - consultó ella.
- ¿Eso importa? Son sus vidas y no debemos incomodarlos.
- Iván - nombré.
- No tengo hambre, lo siento.
- Ya vengo, voy por él - susurré para Erick.
Apresuré el paso para lograr alcanzarlo, eran pocas las ocasiones en que mi amigo reaccionaba de tal forma.
- Ahora no Chris.
- Que inmaduro eres, te estás comportando como un idiota. Y no nos pongas como excusa para crear problemas.
- ¡Solo quería un buen fin de semana!
- No tienes ocho años, conoce primero a las personas. Piensa en tu papá, lleva años solo y a ti nunca te ha faltado nada - recordé.
- ¿Conocerlos? Quizás eso te interese a ti, a ver si por la noche no te pierdes de habitación.
- ¿Qué dijiste?
- Déjame solo.