Bajamos con cierto silencio, la verdad si me sentía avergonzado por lo que la madre de Christopher había visto.
- Bryant Vélez - llamó.
- Mierda - susurré.
- Fue tu culpa mamá, las puertas están para tocarse - contestó.
- Ven aquí, tú también.
Podía asegurar que estaba de todos colores, mis manos sudaban y no sabía cómo reaccionar.
- Ya mamá, tampoco estábamos haciendo algo malo.
- No, es lo más normal del mundo, pero al menos pon el seguro de la puerta Christopher.
- Ah bueno, para la próxima lo hago - rió.
- Eso espero, al menos protege la intimidad de tu novio.
- Entonces...¿No está molesta? - pregunté nervioso.
- Claro que no, solo sean cuidadosos.
- ¿Te diste cuenta de que estaba con un hombre en mi pieza, en mi cama y teniendo relaciones?
- ¿Crees que no sabía?
- Me habías dicho que tu mamá no estaba enterada - hablé.
- No lo estaba...ándale, te encontré arpía, revisaste mi celular - señaló.
- ¿Cuál revisé? Yo no tengo la culpa que dejes tus mensajes abiertos y el celular desbloqueado - excusó.
- Bonito, tú nunca hagas eso - pidió para mí.
Sonreí tan estúpidamente ante esa palabra que por unos segundos olvidé todo lo pasado.
- Con tu papá ya sabíamos, no tenemos nada en contra de que estés con un chico, más nos sorprendió que tuvieras pareja - rió.
- Te lo dije, te llevarías bien con esta señora.
- Bueno, igual tiene razón - reí.
- No diré nada. Nosotros nos vamos, iré a dejar a Erick.
- Puedes venir cuando quieras - habló para mí.
- Gracias, un gusto verla.
Me despedí cómo era debido, por un momento me imaginé un drama de novela en el que saldría afectado.
De camino a casa hablamos unas cuantas cosas, nada muy profundo, lo notaba más relajado y eso me daba esperanzas.
- ¿Puedo saber por qué tardaste tanto? ¿Que haces tú aquí?
- Qué amigo tan amable tengo.
- Oye, eres mi primo no mi papá - aclaré.
- Ow mi pequeño, perdón por no venir - dijo para Ollie.
Sonreí caminando hacia la cocina, tenía mi garganta seca debido a tanta tensión.
Me quedé detrás de la puerta oyendo y observando en el pequeño espacio que había, si de algo no había duda era que entre ese par había confianza.
- ¿Entonces volvieron? - preguntó interesado.
- No, pero bro me siento mal.
- ¿Por qué?
- He sido demasiado duro, debo admitir que Erick se ha esforzado y lo he tratado mal.
- Es que eres un idiota, yo te lo dije - habló de pie.
- Pendejo es mi primer desilusión amorosa, no supe cómo sobrellevar todo.
- ¿Y ahora que pretendes? Aquí entre nosotros, Erick estaría dispuesto a cualquier cosa.
- Que chismosos son - susurré en negación.
- Lo sé, quiso arrodillarse. ¿Puedes creerlo?
- ¿Y lo dejaste?
- ¡Claro que no! Eso no está bien y me da miedo que haga esas cosas, Erick tiene su carácter pero también es muy sensible.
- Deberías darle una oportunidad, tampoco la cagó tanto, piensa, no se acostó con el tipo ese y tú le pediste un tiempo, responsabilidad compartida.
- Si bro, no supe escuchar y separar las cosas, debí ser considerado.
- En ese caso no solo le pidas cosas a él, pon de tu parte que tampoco eres un santo - recordó.
- Por eso, creo que soy el menos indicado si antes yo hacía lo mismo.
Abrí la puerta notando que su silencio fue absoluto, opté por disimular, no había necesidad de meterme en una conversación que al final de cuenta me ayudó a entender un par de cosas.
- ¿De que hablaban? - pregunté.
- Cosas de la universidad - mintió Iván.
- ¿Todo bien Chris?
- Todo, no te preocupes.
- Entonces los dejo, gracias por todo Christopher.
- No me agradezcas - sonrió.
- Ollie, ven bebé - llamé.
- Espera espera, Erick.
- Qué pasa.
- ¿Quieres salir conmigo esta noche?
