Toqué el timbre esperando no haberme equivocado, me paralicé al ver a una señora que se acercaba con intenciones de atenderme.
- Hola, disculpe busco a Christopher. ¿Vive aquí verdad?
- Sí, estás de suerte, casi nunca está en casa. ¿Eres?
- Um...Erick, un amigo - me presenté.
Abrió dándome el acceso a su casa, al parecer era su madre o eso capté. Las paredes llamaron mi atención, habían muchas fotografías de su familia, algo muy tierno.
- CHRISTOPHER. Perdón, es que si no lo llamo así no baja - rió.
- No se preocupe, no hay problema.
- Dime...¡Ah, llegaste! - dijo cruzado de brazos.
- Ponte algo, te vas a enfermar. Este niño no me hace caso y luego yo me tengo que amanecer porque se enferma - añadió.
Era imposible que la mirada no se fuera a su torso desnudo, esas líneas que marcaban su abdomen eran perfectas.
- Ay mamá, cuál niño, ya soy un hombre.
- Vengo por Ollie - dije.
- ¿Tienes prisa?
- No.
- Sube, anda.
- Supongo que te quedarás a cenar, falta un poco pero en unos minutos ya está - invitó su madre.
Miré a Christopher que reía mientras negaba, nunca sabía que respuesta dar y no me gustaba rechazar las cordiales invitaciones.
- Claro, con gusto - respondí.
Subí ante la insistencia de Christopher, la casa transmitía mucha alegría, era un ambiente grato y agradable.
- Míralo, es un flojo - señaló.
- Creo que le encanta dormir así.
- Estoy pensando seriamente en quedarme con él, es buena compañía.
- Olvídalo, es mío - negué.
Cerró la puerta en lo que ganó tiempo para sentarse a mi lado, los silencios con Christopher me ponían nervioso y estaba seguro que él lo sabía.
- ¿Te divertiste?
- Um...¿sí?
- Oh mierda, no te divertiste - molestó.
- ¡Claro que sí!
- Lo dudaste, no te divertiste - rió.
- Basta, si lo hice.
- ¡No lo hiciste!
- ¿Me das las cosas de Ollie?
- Le dijiste a mi madre que te quedarías a cenar, odia los rechazos.
Lo miré desanimado al ver como todavía se reía de mi respuesta, realmente si me había divertido con Joel solo que los primeros encuentros no siempre son los mejores.
- ¿Se te pasó el enojo? - pregunté.
- ¿Cuál enojo? Yo no estoy enojado.
- Te comportaste como un completo idiota, espero que Iván no comience a preguntar cosas.
- Te ves lindo así de peinado, aunque despeinado...te ves excitante - susurró.
- Christopher no.
Fijamos nuestras miradas antes de que sus dientes mordieran uno de mis labios, su fresco aliento me provocó un escalofrío que cesó apenas respondí a su beso.
Me fue recostando poco a poco, solo eran besos pero no dudaba que a medida que los segundos pasaran la situación sería otra.
- ¡Ollie! - exclamó en risa.
- ¡Ollie no! - reí.
Sus ganas de jugar entre nosotros fue algo que nos llenó de risa, por un momento habíamos olvidado su pequeña presencia.
- Qué bola de pelos más imprudente. ¡No me muerdas! Estabas tranquilo - regañó.
- Déjalo, solo quiere estar con nosotros. ¿Verdad?
- Ven aquí.
Se recostó a mi lado mientras Ollie intentaba morder su mano para que lo baje, me dediqué a contemplar su ternura en lo que pasé mi brazo por debajo de su cuello para traerlo a mi cuerpo.
- Eres tierno, eso me gusta - comenté.
- Solo con Ollie, nadie más merece de mi cariño. ¿Verdad que no? - habló para él.
- ¿Yo tampoco?
- No, porque tú te vas con Joel y nos abandonas, no nos mereces - dijo dándome la espalda.
- ¡Ay Chris! - abracé.
- ¿Nos quieres?
- Los quiero.
- ¿Más que a Joel?
- Más que a Joel - reí.
Se giró con un puchero con el que no pude evitar sentir ternura, algo tenía que llamaba mi atención pero a la vez muchas cosas que lo alejaban de mi.