Capítulo 11

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Me desperté ante el sonido de mi celular, con gran esfuerzo logré ver en la pantalla de quién se trataba.

- Necesito que salgas - habló en risa.

- ¿Qué? Chris, estoy acostado.

- No seas aburrido, ven pero solo.

- ¿Estás...? Mierda.

Tomé la primera sudadera a mi alcance, evité hacer ruido, no quería que nadie y mucho menos Ollie despertara.

- ¡Hola! Uh, está temblando - dijo equilibrándose.

- ¿Te das cuenta de la hora que es? Iré por Iván.

- No, no lo despiertes.

- Christopher, mira como vienes.

- Necesito que le pagues al señor - indicó.

Negué mientras lo apoyaba en la pared, corrí lo más rápido posible hasta mi habitación para ir por un poco de dinero.

- ¿Estuvo buena la fiesta? - pregunté.

- Tú que crees.

- Shhh, no hagas mucho ruido.

- Lindo pijama, eres tan tierno para todo - admiró.

- Siéntate.

- A dónde, a dónde - jaló sentándome en sus piernas.

- Es peligroso que andes así.

- Peligrosa mi mamá, si me ve así de seguro me mete a la ducha y con agua helada - rió.

- No sería mala idea.

- Creo que te llevarías muy bien con ella.

- Te haré un café, para que se te baje aunque sea un poco la borrachera que te cargas.

- ¡VA...!

- Shhh.

No entendía el porqué el alcohol volvía tan tercas a las personas, a Christopher lo había visto beber pero no en ese estado.

Insistió en acompañarme, con su repentina visita me había quitado hasta el sueño.

- Siento que todo me da vueltas - dijo sosteniendo su cabeza.

- Solo no se te ocurra vomitar, Christopher, te corro - amenacé.

- Hey, que poco gentil chiquitín.

Acomodé la taza para hacer lo que por ahora podría ayudarlo, no podía evitar reír de vez en cuando, las caras que hacía eran realmente chistosas.

- Toma, intenta no quemarte.

- Espero que no sea veneno - bromeó.

- ¿Cómo piensas volver a tu casa?

- ¿Me estás corriendo?

- Claro que no, pero...

- ¿Por qué no dormimos juntos? - interrumpió.

Guié la taza hasta su boca, necesitaba que al menos recupere un poco de conciencia para que no se sintiera mal. Hubo un silencio momentáneo, estaba tan concentrado en no ensuciar que hasta se me hizo tierno.

- Dame tu celular.

- ¿Ya me quieres controlar antes de tiempo?

- ¿De qué hablas? Quiero llamar a tu mamá, para que te espere.

- ¿Cuál espere? Me quedaré. Vamos - tomó mi mano.

Apagó las luces con algo de dificultad, me vi obligado a seguir sus pasos para evitar que alguien despertara.

- Con cuidado - pedí.

- ¡Ollie! ¿Cómo está mi bebé?

- Basta, acuéstate - empujé.

Aseguré la puerta, aunque nadie entraba sin tocar no quería que por un mal entendido me sintiera incómodo.

No hubo necesidad de ayudarlo, en un par de segundos ya estaba acomodado en un lado de la cama.

- Estás calentito - dijo apenas se abrazó a mi cuerpo.

- Tienes que irte temprano.

- ¿Me das un beso?

- Duérmete - pedí.

Tomó mi cabeza acercándome lo suficiente, el olor del alcohol y el humo del tabaco estaban impregnados en su ropa.

Sus manos quisieron iniciar un juego que no permití, no quería que la típica excusa del alcohol se hiciera presente en su lucidez.

Acaricié su espalda en lo que mi cabeza estaba apoyada en la de él, poco a poco sus ojos se iban cerrando trayendo a la habitación un silencio absoluto.

- No vas a lograr atraparme - susurró.

Comencé a depositar pequeños besos en su frente, las palabras de mi primo vinieron automáticamente a mi mente, quizás si estaba dudando de mis acercamientos con Christopher.

Adictiva Tentación - ChriserickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora