Desperté al ver como a mi alrededor mis amigos seguían en su inconsciencia, noté como Erick ordenaba cada cosa que encontraba a su paso, por la poca luz supuse que quizás el padre de mi amigo no estaría a tanto tiempo de salir del trabajo.
- Vaya, hasta que uno despertó - soltó.
- Creo que nos pasamos un poco.
- ¿Un poco?
- Te ayudo - ofrecí.
Acomodé la mesa de centro que para variar ya había tenido el placer de experimentar, no dudé en abrir un poco las ventanas para que salga el olor del alcohol y el cigarrillo.
- Que mala cara tienes. ¿Estás bien? - preguntó observador.
- Sí, solo que no acostumbro a dormir por las tardes, ahora me costará un mundo dormir por la noche.
- Te tocará hacer el esfuerzo.
- O quizás...buscar con quién pasarla - arrinconé.
Mordí su labio inferior sin dejar que mencionara alguna palabra, tenían una textura suave y agradable de sentir.
- No, espera - alejó.
- ¿Por qué? No van a despertar.
- Christopher, mira yo sé que tuvimos relaciones y que te provoqué en el auto, pero no acostumbro a ser así.
- ¿Pero de qué hablas?
- De que no se volverá a repetir, menos siendo con el amigo de mi primo y al que veo prácticamente todos los días.
- ¿Ese es el problema?
- No, mira vengo saliendo recientemente de una relación y aún estoy en proceso de asimilarlo, no quiero actuar por impulso o hacer algo de lo que me voy a arrepentir, me gustó claramente pero...
- Pretendes seguir aferrado a un recuerdo, tener sexo no es nada malo, yo no tengo problema - interrumpí.
- ¿Has tenido una relación formal?
- No.
- Entonces no eres el indicado para dar consejos, dejemos todo así.
Estaba molesto, el rechazo era algo que no me gustaba y que me bajaba el ego.
- Bien, cómo quieras - terminé por decir.
- Pero podemos ser amigos, se nota que eres muy divertido, buena persona y como te dije nos vemos seguido.
- ¿Estás seguro?
- ¿Por qué no? ¿Café? - ofreció.
- Solo te lo acepto porque lo necesito, con dos de azúcar.
Sacudió mi cabello de una forma tan tierna que sonreír se me hizo imposible, era un buen chico y estaba seguro que algún día podríamos reforzar la amistad de otra forma.
- Toma.
- Gracias. Si vamos a ser amigos creo que deberíamos intentar socializar. ¿Algo que me quieras contar? - consulté.
- Um, wow me mataste, soy pésimo en esto - rió avergonzado.
- ¿Algo que quieras saber de mi en ese caso?
- Lo que no conozca.
- ¿Ah sí? ¿Y qué conoces de mi si se puede saber?
- Que eres un alma libre, buena persona quizás pero que eres capaz de cogerte a quien se te atraviese en el camino - rió.
- ¿Lo dices por ti?
- No, por Joel, por la señora de la biblioteca y por todos los demás que tus amigos me contaron, los borrachos no mienten.
- Qué hijos de puta.
- La verdad sí.
- Quizás deberías incluirte, también pasé por ti.
- Bueno sí, pero a diferencia de ti yo no me voy metiendo con cualquiera, además quién me asegura que no tengas algo por meterte con tanto desconocido se te atraviese - añadió.
- ¿Piensas que te puedo contagiar con algo? ¿Crees que estoy enfermo? - pregunté molesto.
- Ay no te lo tomes así, solo fue un comentario, quizás te sirva para que te cuides un poco más, consejo de amigo.
- A la mierda tus consejos, no necesito un pendejo de mierda como tú en mi circulo de amigos. Maldito cornudo.