Me recosté en la cama con la mirada al techo, un leve suspiro salió al ver la hora en mi celular, veinte minutos de retraso dejaban en evidencia mi ausencia.
- Iván, qué haces - pregunté al teléfono.
- ¿Qué tal va todo? ¿Te gustó la sorpresa?
- ¿De qué...? No, si era de suponer que tú sabías algo.
- Cabrón no fuiste - dijo decepcionado.
- Claro que no.
- Bro, debiste al menos...
- No quiero discursos. ¿Hacemos algo?
- Chris, Erick se esforzó...mira, cámbiate que aún puedes llegar.
- ¡Qué no! Anda, paso por ti y vamos por algún lugar - hablé.
- No tengo ganas de salir hoy, nos vemos.
Acepté su decisión de no querer acompañarme, aún así busqué algo de ropa para salir, no sería la primera vez que salía solo.
- ¿Vas de salida?
- Sí mamá.
- Lleva tus llaves y no apagues el celular - advirtió.
- Lo sé, no soy un niño - reí.
Por mi mente se me pasó invitar a Joel, pero por otro lado sabía que posiblemente era un error, con alcohol sin duda alguna el descontrol puede ir más allá de los límites.
- CHRISTOPHER.
- Mierda, no es cierto - negué.
- CHRIS.
- Hijo...
- No te preocupes, ya lo escuché - interrumpí.
Bajé lo más rápido que pude, si bien no me acomplejaba por mis gustos mi familia no tenía conocimiento de mi pasada relación con Erick.
- Óyeme.
- No hagas escándalos - susurré.
- ¿Cuál escándalo? Solo te vine a buscar, te estuve esperando - dijo desanimado.
- Te dije que no iría.
- ¿Entonces qué hacemos?
- Tú te vas, voy de salida - dije cerrando la puerta.
- ¿Qué? ¡Pero Chris!
Caminé sin dirección alguna, sus pasos se escuchaban cerca y por más que intentaba tomar distancia no lo lograba.
- Déjame en paz, basta Erick - pedí.
- Solo quiero que podamos intentarlo, no te cuesta nada poner de tu parte.
- Puse todo de mi parte y mírame. ¿Gane algo?
- Sí, conseguiste que este tonto se muera por ti - respondió.
- Erick, no quiero ser grosero, quedamos en que esto acabaría bien.
- Lo dejaría todo porque te quedaras...
- Ay no es cierto - negué.
- ...mi credo, mi pasado, mi religión - continuó.
- ¡Erick! - exclamé tapando su boca.
Sostuve mi mano por unos segundos más, apenas hizo contacto con mi brazo sentí como toda mi piel se erizó, esto iba más allá de mi.
- Si no me interesaras realmente créeme que no te estaría insistiendo - articuló.
- No es nuestro momento.
- ¿Y tú cómo sabes eso? ¿Acaso eres dios?
- Íbamos tan bien Erick - recordé con nostalgia.
Envolvió mi torso mientras me mantenía firme en no ceder, su aroma se sentía tan cerca que era un verdadero placer entre todo lo malo.
- Te extraño demasiado Christopher, ya no sé que hacer para no llorar.
- Voy a llamar a Iván para que venga por ti.
- Me quiero quedar contigo.
Cerré los ojos llevando mi mano hasta su cabeza, di pequeños masajes en lo que su abrazo se intensificaba cada vez más.
- Te iré a dejar yo, no quiero problemas con tu tío.
- Si no te importo por qué te preocuparías por eso.
- No he dicho que no me importas Erick - agregué.
Sonrió tomando un pequeño impulso, sentir sus labios nuevamente fue agradable pero no estaba bien.
- Chris, perdóname te juro que no pasará nuevamente.
- Quizás deberías considerar la opción de volver a España - comenté.
- ¿Qué?
- Eso, dijiste que esperabas estar lejos cuando alguien aparezca en mi vida, lo siento por ti, pero estoy dispuesto a intentarlo con alguien más.