Capítulo Treinta y dos ||Elección de misiones||

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Jared

Al fin sus intentos habían dado frutos. Después de muchos años en la cafetería comenzaban a servir un menú con opción vegetariana y vegana. Se sentía orgulloso de sí mismo, estaba que comenzaba a aplaudirse por su gran hazaña. Sólo le costó reunir seres que se sintieran como él acerca de la falta de flexibilidad en el menú de la Academia, juntar firmas y presentar todos sus argumentos al director. Le sorprendía que nadie lo haya hecho antes. Pero ya dejando de lado su gran logro, luego de ser Leyla y hablar con ella, a la chica le dieron de alta y, para suerte de ella y molestia de todos quienes trabajaron con aquellas fastidiosas señoras que se beneficiaron de ellos cuanto pudieron, fue justo cuando el castigo en el comedor acabó, aunque nadie decía, nada, uno porque temían la reacción de la azabache y dos, todos se sentían en gratitud con ella por haberlos salvado aquel día. Ninguno de ellos ponía en duda que si Leyla no hubiese estado ahí, habrían muerto, más aún Josh, Jared y Nathan que conocían la verdadera procedencia de ella.

Los días posteriores al alta de la enfermería, tanto él como su amigo Nathan acorralaron a Josh y lo hicieron confesarle la verdad. No fue tan difícil ya que echaron mano de aquel líquido que tomaron para la fiesta antes que todo se fuera a la mierda, cortesía de Alice. Dijo todo lo que necesitaban escuchar antes de salir corriendo. En cierta forma se sentía mal por haberle hecho eso a su amigo, más aún porque fue su idea, pero necesitaba la verdad y en ese entonces la sola idea de acercarse a Leyla le generaba un terror inimaginable. Nathan le había estado insistiendo que le preguntaran a la chica, que ella no era necesariamente como su familia y él lo sabía. Jared dudó del juicio de su amigo, no era capaz de creer en alguien que no dimensionaba el peso de la historia que vivieron los siete mundos y aún menos en quien sentía algo por ella, pues no era objetivo. Ahora se arrepentía. Nathan tenía razón. Sólo esperaba que sus decisiones no arruinaran su amistad con Josh.

Miró al peli-blanco que se encontraba juntando todo lo que los demás habían estado cortando y preparando para cocinarlo en una olla. Su silencio era molesto, más aún su carácter distante. Había perdido todo brillo y ya no era aquel ser que jugaba y bromeaba, observando el lado positivo de la vida. Cambió de una forma que antes le parecía abrupta, pero luego de ser Leyla entendía su transformación. Desde el ataque de los demonios en Terra perdió la seguridad en sí mismo. Jared entendía la impotencia que suponía no ser lo suficientemente poderoso para proteger a quienes amaba, su abuelo era prueba de ello, hasta la actualidad dolía de una manera casi irreal y le hacía sentir que todo era falso, que en algún momento despertaría y su abuelo le mandaría a apagar su alarma para seguir durmiendo, sólo el tiempo le ha hecho aprender a vivir con su ausencia. A veces solía olvidar que él murió porque mantenía su mente ocupada con todo lo que sucedía a su alrededor, pero en los momentos que recordaba eran sus amigos quienes lo sostenían sin saberlo. A diferencia de Josh, Jared se refugió en sus amigos, en cambio el albino los alejaba, incluso a la chica que amaba. Él rubio ya vivió eso, y no quería que eso le pasara a su amigo. Conocía perfectamente la necesidad de estar solo, pero en el fondo deseando que alguien te abrazara y dijera que todo estaría bien.

Dejó de moler el aguacate y caminó hacia Josh con la intención disculparse por obligarlo a confesar el secreto de Leyla, sin embargo, un frío le recorrió la espina dorsal y no se vio en la capacidad de seguir moviéndose. Aquel miedo era generado por la mirada gélida de Josh, quien se anticipó a sus intenciones. Entendió que no lo quería cerca. Volvió a su labor, observó disimuladamente a su alrededor, pero las cocineras continuaban leyendo o hablando entre ellas, y por su parte Claire estaba enfocada en su tarea mientras Nathan no dejaba de verla. Hizo a un lado el malestar de hace un momento y se detuvo en él, recordando lo que la azabache sentía por él.

Desesperación y desconfianza serían las mejores palabras para describir el sentir de Leyla hacia Nathan. Jared sintió lo frustrante que podía llegar a ser su amigo, más aún para una telépata tan poderosa como Leyla al no poder ingresar a su mente y verse en la necesidad de descifrarlo casi con pinzas. Él no podía negar que los eventos acontecidos no pudieran estar tan relacionado con la Nobiles como con su amigo, desde que él llegó las desgracias no paraban de suceder y parecía ocultar un secreto que lo ponía en riesgo a él y a los demás. No era por culpar a su amigo, pero todas las pruebas apuntaban a él.

Luz de Luna [Virtus Lapidi #1] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora