Capítulo Treinta y cuatro ||Primer día de misión para Leyla||

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Leyla

Los rayos del sol hicieron su aparición en el frío y modestamente ornamentado cuarto de la menor de la familia Nobiles. Un repentino golpe en la puerta de madera hizo eco entre las paredes de ladrillo hasta difuminarse y volverse en un recuerdo para sus oídos. No quería abrir la puerta, no estaba de ánimos para eso, sin embargo, se puso de pie de un brinco dispuesta a ver quién era que la molestaba a esa hora del día.

No había podido dormir en toda la noche. Todo lo que estaba pasando la inquietaba. Eran demasiados los sucesos que parecían ir en cadena, uno ocurría y enseguida llegaba el otro, por eso concluyó que no había tiempo para descanso, así que decidió no hacerlo. El asunto con la "sangre recién renovada" la tuvo replanteándose acerca de sus otros sospechosos, viendo cómo podía hallar la forma de descartarlos o directamente encararlos. Con todo ese tema y la magnitud que tenía en la vida de todos y no sólo la suya, el asunto con Claire era un grano de arena, igual de molesto e insignificante, sin embargo, por muy miserable que fuese, Leyla tendría su venganza. La descendiente de la familia Lux no lograría salir ilesa después de lo que le hizo, ni la familia Nobiles se salvó de sus manos apenas salió del calabozo en el castillo de Umbra. Uno a uno los fue encontrando y culminando con sus mezquinas vidas que arrastraban más matanzas de las que pudiese adjudicarse en sus dieciséis años de existencia.

Cada vez que pensaba en la existencia de un infiltrado y lo difícil que era obtener información una impotencia se asomaba de tal forma que los arcaicos métodos de su familia para obtener lo que quería parecían buena opción, no obstante, era consciente que eso sólo le haría retroceder en el costoso y significativo avance que tuvo para dejar eso atrás, para dejar a la puella ocura muy apartada de su vida.

Abrió la puerta, sintiendo de inmediato el olor a canela y vainilla que tanto caracterizaba a la chica rubia de ojos esmeralda.

⎯⎯ Hola ⎯⎯  saludó Claire de manera sonriente.

Leyla centró su vista en la parte izquierda del cuello de Claire, justo en la yugular, contemplando el casi imperceptible movimiento que ocasionaba en su piel el palpitar irregular de aquella vena. La chica de ojos esmeralda estaba nerviosa sin duda alguna.

⎯⎯  ¿No me dejarás entrar? 

Se hizo a un lado y le permitió pasar sin mediar palabra alguna, observándola de pies a cabeza. Claire iba con un vestido color café suelto desde la cintura marcando sus sutiles curvas de forma armoniosa, usaba medias negras que llegaban un poco más allá de las rodillas, unas zapatillas negras que si no se equivocaba eran de una marca terrana que comenzaba con "c" y tenía de característica ese logo con una estrella dentro de un círculo, con un laborioso peinado que trenzaba sus rubios rizos hasta acabar posado sobre su hombro derecho.  

La rubia se sentó en el único sillón que Leyla tenía en su cuarto a un lado de la puerta de ingreso, justo a su izquierda apegado a la pared, tomó uno de los cojines peludos rojos y lo posó sobre su regazo. En cambio, la azabache optó por tomar asiento sobre su cama en el borde largo y así contemplarla. Examinó a la chica bien vestida frente a ella, esperando a que dijera por qué estaba en su cuarto a las siete menos veinte minutos.

El ambiente era tenso y el silencio hacía aún más desagradable la estancia allí, pero eso le resbalaba a Leyla, quien ya acostumbrada a los silencios incómodos se dedicó a mirar fijamente a Claire, quien no paraba de mover su pierna derecha, apretujando el cojín entre sus manos y evitando mirarla a los ojos.

⎯⎯ Tuve que buscarme un nuevo compañero para la misión. Y otra misión, obviamente ⎯⎯  comenzó a explicar, mientras gesticulaba con las manos ⎯⎯ , ya que tú te llevaste la que habíamos elegido y te inscribiste sola, pero por suerte Nathan aceptó ser mi compañero, ya que me sentiría incómoda yendo con Jared o Josh.

Luz de Luna [Virtus Lapidi #1] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora