Capítulo Quince ||Abuelo||

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Jared

Al caer la noche Jared se escabulló transformado en un ratón por los solitarios pasillos de la Academia. Sus patitas emitían un suave golpeteo en las frías piedras que edificaban al castillo. Y, gracias a su gran sentido como roedor, logró sortear a las domina noctis para que no lo paralizaran y evitar ser descubierto.

Antes habría ido como un ave por fuera del castillo para no ser encontrado saltándose el horario de descanso, pero necesitaba llegar a su destino, ya no podía solamente mirar por la ventana como un búho.

Pasó por debajo de la puerta de la enfermería. Sabía que estaba a salvo porque a ese lugar las domina noctis no entrarían. Se transformó en un gato y caminó sigilosamente hacia la cama de Leyla. Al subirse se quedó contemplándola. No quería perderla, a ninguno de sus amigos, pero tampoco se atrevía a visitarlos junto a Claire. No quería hablar con nadie, necesitaba pasar tiempo a solas, aunque en el fondo, él sabía, necesitaba de alguien que le apoye. Miró a las camas contiguas. La siguiente cama estaba vacía: era la que usaba Nathan. Desde que le dieron de alta es el centro de atención, más aún porque pasa bastante tiempo con Claire.

Jared recordó las noches donde veía a Nathan siendo presa de sus pesadillas. Lo observaba desde la ventana queriendo ayudar, pero algo dentro de él lo contenía. No se sentía con la energía suficiente como para hacerlo. A decir verdad, tampoco podía verlo a la cara por la vergüenza que sentía al no estar ahí para él cuando lo necesitó.

⎯⎯ Jared, ¿eres tú? ⎯⎯ Asustado, miró a la propietaria de esa voz, pero ella no a él ⎯⎯. No te alarmes, estoy usando un enlace entre nuestras mentes para poder hablarte.

El rostro de Leyla era impasible y su cuerpo no se movía en lo absoluto. Se sentó sobre su trasero felino y se decidió por contestar, más que mal, no era la primera vez que hablaba de esa forma con un telépata; el director Collins los tenía acostumbrados a usar ese medio para llamarlos a la oficina o por temas similares: ⎯⎯ Hola. Supongo que sabes de mis visitas nocturnas.

⎯⎯ La verdad es que sí, pero no por esto, sino porque Josh me contó. Te sentía llegar todas las noches.

Giró hacia la cama contigua donde estuvo Nathan, justo en la cual se encontraba el peliblanco dándole la espalda.

⎯⎯ ¿Él está...?

⎯⎯ No. Está durmiendo. Al principio pensó que eras una amenaza y por eso se despertaba. Después de ese encuentro con los demonios no ha estado muy tranquilo, pero como sabe que eres tú, piensa que estamos en buenas manos.

Miró sus patas. No sabía que tanta ayuda podía llegar a brindar en su condición actual. Se sentía inútil. Incapaz de hacer cualquiera de las cosas que antes habría podido hacer.

⎯⎯ Jared. Una de las ventajas de este tipo de lazos es que tu mente se vuelve un libro abierto para mi ⎯⎯ la contempló con cautela ⎯⎯. Y no eres inútil. Si no hubiera sido porque te llevaste a Claire a la Academia, Josh no habría llegado a tiempo para distraer al demonio y darme la oportunidad de acabar con él.

Su respuesta le sorprendió. No sabía qué contestar. Es por eso que evitó mirarla y prefirió eludir el tema.

⎯⎯ ¿Por qué eres más comunicativa de esta forma?

⎯⎯ Porque es lo que pienso y no hay mucho filtro.

Si era verdad que no podía mentirle gracias a este lazo, necesitaba saber algo. Su alma lo aclamaba. Sería la única forma en la que se sentiría medianamente tranquilo y que la culpa no le carcomiera tanto como hacía desde que perdió a su abuelo.

Luz de Luna [Virtus Lapidi #1] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora