Capítulo Cincuenta y uno ||Una mañana llena de esplendor||

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Jared

Al despertar al día siguiente lo único que quería era soltar bolas de pelos. No entendía a qué venía tal peculiar deseo. Luego se dio cuenta que la cabina en la que estaba con sus amigos había aumentado de tamaño. Se estiró perezosamente, bostezó, pero no quería levantarse. Estaba tan calentito dónde se hallaba.

⎯ ¡Jared! - chilló alguien sobre su oreja. Estaba seguro que era Claire.

No le hizo caso y se predispuso a seguir durmiendo.

⎯ ¿Ese es Jared? - preguntó quién al parecer fue Nathan.

Sintió una caricia en su cabeza y se estiró sobre el colchón. Las caricias pasaron de su cabeza a su espalda hasta su trasero. En cualquier circunstancia normal se habría escandalizado y comenzado a quejarse y patalear, pero era tan relajante que sólo se limitó a levantar la cola y darse vuelta quedando sobre su espalda. Ahora le hacían cariño en la panza.

⎯ No puedo creer que sea tan lindo - dijo nuevamente Nathan.

Jared, halagado por el comentario de su amigo, abrió los ojos encontrándose con una versión de Nathan mucho más grande de la que recordaba. Saltó de la impresión, alejándose de aquel monstruo que se parecía a Nathan. Se erizó y comenzó a bufar, mientras hacía el intento de golpearlo. Repentinamente unas manos lo tomaron del pellejo de la parte posterior de su cuello y vio el rostro de Leyla. Nunca la había visto tan grande.

⎯ Eres un gato, Jared - le sonrió de lado -. Uno bien tierno y rubio.

Gracias por la explicación - dijo, pero en vez de pronunciar lo que creyó haber dicho exclamó un agudo "miau".

Sí, ahora se convencía, se había transformado en un gato.

Leyla lo dejó en el suelo. Jared miró hacia dónde había dormido anteriormente dándose cuenta que fue en el regazo de Claire. En el suelo estaba desparramada su ropa.

Miró a la chica que le aclaró la confusa situación y le maulló, pidiéndole privacidad.

⎯ Será mejor que lo dejemos vestirse.

Lentamente todos lo fueron dejando solo y, cuando se cercioró que nadie fuera a entrar de imprevisto por cualquier motivo, volvió a su forma humana.

Personalmente a él no le molestaba andar por ahí desnudo, más que mal los animales van por ahí mostrando sus partes al aire. Les pidió que se fueran no por pudor de ser visto, sino porque suponía que sus amigos no estaban preparados para ver su escultural figura en todo su esplendor.

Comenzó a vestirse con una nueva muda de ropa. La que utilizó el día anterior estaba llena de minúsculos pelos rubios.

***

⎯ En media hora más estaremos en la ciudad de Buckserg - comunicó Josh, para posteriormente comer una tostada.

⎯ La última vez que fuimos demoró menos - se quejó Jared.

⎯ Ese día no hubo tormenta.

⎯ Ah.

Después no se dijo nada y se centraron en comer lo que habían pedido cada uno en el vagón comedor.

Jared, quien se había terminado ya su desayuno, comenzó a sacarle un par de tostadas a su amigo Nathan, quien parecía estar meditando algo. Jared agradeció que estuviera distraído.

⎯ Estuve viendo - Jared se centró en Leyla, con la tostada de Nathan en la boca y los ojos abiertos con espanto. Lo habían pillados - unos libros - se relajó y siguió comiendo "su" tostada - y tengo una leve sospecha qué fue lo que los atacó allá.

⎯ ¿Cómo supiste en qué basarte? - inquirió Josh, observando por el rabillo a Leyla.

Jared no sabía si él sabía sobre ese poder de su novia. Creía que sí, porque por algo se portaba así de inquisitivo.

⎯ Jared me describió lo poco que vio de esa cosa y comencé a investigar - aclaró, restándole importancia con un gesto de hombros. Posteriormente comenzó a sacar de su mochila tres libros de texto que, por su grosor, causaron que los párpados de Jared comenzaran a pesar -. Según leí el que más recolectaba todas esas cualidades era un ser que según algunos historiadores había muerto. Aunque también hay otras opciones - la chica abrió el primer libro en una página ya marcada y subrayada.

⎯ ¿El león de Nemea? - inquirió Nathan, ladeando la cabeza para ver lo que decía el texto. Leyla lo giró para que viera mejor - Pensé que era un mito de Terra. De la mitología griega.

⎯ Sí, ocurrió en Terra, pero no es un mito - aclaró Leyla -. El león de Nemea no se sabe de dónde es exactamente, pero como fue visto por primera vez en Nemea, quedó apodado así.

⎯ Entonces... Hércules lo mató de verdad.

⎯ Sí - esta vez habló Claire. Jared le quitó otra tostada a Nathan, viendo a Claire quien estaba al otro extremo del asiento -. Él era como uno de nosotros.

⎯ Okey. Esto es raro. Parece una gran tela de mafiosos.

⎯ Eso somos - se burló Jared, terminando la tostada de un bocado.

⎯ ¿Cuáles son las otras opciones? - inquirió Josh.

Leyla comenzó a buscar en el mismo libro otra página marcada dejando al descubierto otro animal.

⎯ ¿Un Hillên? - preguntó Jared, viendo al pequeño felino de la imagen.

⎯ Concuerda con algunas de las características que me nombraste.

⎯ ¿Qué otro? - preguntó Claire, tomando un sorbo de su café.

La chica volvió a buscar en las páginas del mismo libro y la detuvo. Posteriormente abrió los otros dos mostrando a los dos animales anteriormente nombrados.

⎯ Sólo encontré tres - dijo, mostrando el último -. El ritinegh también concuerda con las características.

Jared observó detenidamente la foto impresa en el libro de aquel felino, con sus dientes sobresalientes y ojos rojos como la sangre. Se convenció. Ese había sido el animal que los había atacado en la isla apartada de la ciudad de Luna.

⎯ Ese es - dijo finalmente Jared.

⎯ ¿Seguro? - inquirió Josh - Porque según recuerdo perdiste la conciencia en cuestión de segundos.

Ante la burla del albino, gruñó como perro rabioso, pero eso al parecer a él y a los demás les pareció mucho más cómico que el comentario del chico. Les gruñó a todos, quitándole el plato de cereales a Nathan. Comenzó a comer malhumorado.

⎯ Bueno - comenzó a decir Leyla -, como no están de acuerdo en cuál fue la bestia que los atacó, Jared, te voy a enseñar todo lo que sé de esos tres animales.

⎯ Okey - accedió, terminando de comer el plato de cereal que había pedido "prestado".

⎯ Oigan - llamó la atención de todos, Nathan -. Sé que sonará raro, pero no recuerdo haberme comido todo mi desayuno.

Dejó la cuchara dentro del plato y miró a su amigo con sorna.

⎯ Con lo hambriento que eres y lo distraído que estás no dudo que te lo hayas comido todo sin darte cuenta - se burló de él.

Su amigo asintió sin cuestionarlo y Jared sonrió triunfal. Quiso ser benevolente con su amigo porque parecía estar pasando por una situación que ameritaba toda su atención, pero su lado juguetón y animal quería disfrutar más ese momento, más que mal, le costaba un mundo "pedirle" comida a Nathan sin que se diera cuenta. Decidió hacer bromas al respecto, recordando sus momentos en Terra en los cuales Nathan parecía dispuesto a comerse un yunque.

Luz de Luna [Virtus Lapidi #1] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora