Christian le dio un beso a Phoebe. A Anastasia le dedicó una mirada pícara.
— Ya que no puedo besarte, intento utilizar, ummh... mis dones masculinos.
— ¿Dones masculinos? — Anastasia dio un sorbo a su café.
— Será que no tengo — dijo Christian alzando la barbilla.
— Sí señor, sí tienes, y muchos. Pero sigues siendo creído, como el primer día que te conocí.
— Oh...y tú... tú
— ¿Yo? — dijo Anastasia alzando una ceja.
— Sigues siendo tan perfecta, del mismo modo que el día en que te conocí.
— Oh... — suspiró Anastasia. — si no fuera porque no sé bailar pegada a una barra de stripper, te daría un beso de esos que te dejan sin aliento — ambos rieron. Phoebe aún dormía. La fiebre había bajado, pero todo era por el jarabe. Una vez pasados los efectos, volvería a encontrarse mal. Tan solo tenía un constipado. Pero cualquier cosa era punto de preocupación para una madre como Anastasia. — Entonces que te vaya bien — concluyó ella. Le lanzó un beso, Christian hizo gesto de atraparlo en el aire. Cerró la puerta y se montó en... ¿Hoy cuál toca? Ah, sí el Porche carrera.
[...]
Christian terminó de ordenar los casos que quedaban por investigar y guardó en carpetas clasificadas los que ya estaban resueltos... ó los que no habían podido ser. Odiaba que suceda eso, pero por desgracia, sucedía. Y tanto que sucedía. Podía ser agente, militar, podía haber matado a más de veinte personas, pero seguir viendo el panorama del mundo actual le repugnaba. Dolía. Elliot lo sacó de sus pensamientos. La puerta de su despacho se abrió.
— Hermano — sonrió Elliot. — ¿todo bien? — Chris asintió.
— ¿Por qué?
— ¿Que por qué? — Elliot puso en blanco sus oscuros ojos y repitió; — ¿después del espectáculo del otro día y preguntas por que?
— Ah, mierda. Hubieras empezado por ahí. Nada, nada, todo se solucionó. Solo fue un enojo...pero no puedo enojarme con ella...
— Que ñoño te has vuelto — se burló su amigo.
— Ñoño no, estoy enamorado — rectificó Christian, sin avergonzarse.
— Bueno, lo que tú digas — lo señaló con el dedo. — Ana te ha cambiado, y mucho.
— Lo sé, y me gusta.
— Y yo no digo que no — sonrió Elliot. — Ay mi Chris — dijo frotándole la cabeza. — a ver cuándo nos vamos de copas, que tienes a tus amigos abandonados — Christian rió.
— Cuando vuelvas a frotarme la cabeza así te juro que quedarás sin pelotas.
— Miedo das.
— Eso también lo sé.
— No sé qué ha visto Ana en ti — se rió Elliot. Christian se encogió de hombros. En ese momento entró una mujer rubia, muy rubia chillando. Hablando alemán.
— Elliot — lo llamó.
— ¡Susan! — Elliot rodeó la mesa de Christian y se colocó detrás de éste. — ¿Qué...qué haces aquí mujer?
— Ni mujer ni nada — dijo con un acento algo gracioso. — eres un vendido cabrón — entonces, Christian se dio cuenta de que llevaba un niño cogido de la mano. — Netan se queda contigo, no te escapas más hombre de Dios. Es tu hijo, tú cuidas de él — se dirigió hacia afuera, dejando al niño allí. — en la mochila tienes todo lo necesario. Me vuelvo a Alemania ¡con mis padres! — y los dejó allí. A Christian alucinando, y a Elliot alucinando aún más.
Y a Netan, jugando con un calendario del escritorio de Christian. Él se giró hacia Elliot. Alzó una ceja.— Creo que me tienes que explicar algo, ¿no?
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Protégeme 3
Fanfiction"Protegerlas siempre será mi misión" -Tercera temporada de "protégeme", es necesario haber leído la primera y segunda parte. Historia adaptada al universo de Cincuenta sombras con los personajes de Christian Grey y Anastasia Steele. Todos los crédit...