Epilogo

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Christian besó a Anastasia. Ella pudo sentir el suave tacto de sus labios, el dulce sabor mezclado con una pizca de whisky de su bebida. Mientras de fondo, las risas de Kate y Elliot.

—Dios mio, como pasa el tiempo.–dijo su amiga.—Hace nada, estábamos todos... ¡todos! llorando en el hospital, ¡pensábamos que te ibas a morir!

—Kate, por favor... de eso ya hace ¿cuánto? ¿doce años? Sí, cuando Phoebe tenía cuatro –Elliot sonrió.

—De todas formas, tuviste que ver la cara de Christian cuando dijeron que no tenían sangre suficiente del grupo 0 positivo.

—Cállate... ¡estaba preocupado!

—Sí, y yo fui tu salvación -dijo Elliot señalándose a él.—Ah... qué suerte que yo llevará la sangre indica ¿No?.–Kate asintió.

—Mi niño, siempre tan... tan...

—¿Tan qué, mi vida? -agarró a Kate por la cara y la besó.

—Tan perfecto -sonrió. -Por eso me casé contigo—Anastasia negó con la cabeza. Kate la miró. Sonrió.—¿Al final dónde pasarán las vacaciones?.—Christian miró a Anastasia. Rió. Ella hizo puchero.

—No lo sé, esta vez le toca elegir a él. Y no quiere decírmelo.–ladeó la cabeza.—¿No será en Argentina?.–él negó.

—No te lo diré... -dijo con un tono gracioso. —Hey, ¿Y Phoebe?.– Elliot se estiró en su hamaca. Kate se encogió de hombros.

—No sé, debe estar con Netan.—rió. –Bañándose en el río.– ahora suspiró melancólico.—Eso de estar bien entrenados y todo el rollo de agentes espías, los tiene en forma ¿Eh?

—Claro.–Christian rió a su vez.—Algún día mi hija será tan buena agente como su madre y yo —terminó entrelazando sus dedos con los de Anastasia.

Phoebe se quitó el jersey. Se bajó los pantalones. Y se lanzó de cabeza al río. Netan la mojó. Ella hizo una voltereta al agua. Se colocó bien el bikini.

—Si no es porque somos algo así como familia—Netan rió. -Ya te hubiera metido en mi cama, chica de los ojos azules.

—Oh, yo creo que es porque le tienes miedo a mi papá, chico de los ojos verdes. Además, No eres mi tipo, yo buscó una historia de amor como la de mis papás.—los dos terminaron por reír, a carcajadas. Netan se encogió de hombros.

—No lo sé. Antes de que me maté, tengo mucho por vivir, ¡solo tengo dieciséis años!.–y volvieron a reír.—No me digas que estás buscando que te protejan.

—Sabes perfectamente que puedo hacerlo yo sola. Pero sería lindo vivir algo como ellos.—Phoebe se echó el pelo hacia atrás.

—Phoebe se echó el pelo hacia atrás

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—Es idéntica a ti, Anastasia.–le Susurró Christian a Ana mientras la abrazaba por detrás. Veían desde una distancia prudente a su ya no tan pequeña Phoe.

—Ambos la hicimos, Christian.–Ana se volteó para mirar a su amado, que aún después de más de 15 años juntos, seguía teniendo solo ojos para ella. Esos ojos que Ana amaba con el alma.

—Pues claro. Tengo que admitir que me salió muy bien.–Anastasia rodó los ojos.

—Siempre tan egocéntrico, señor grey.

—Así me ama, señora Grey.—Christian le dio un casto beso en los labios de su esposa.–Yo también te amo.

—Gracias.

—¿Por qué?.

—Nunca te di las gracias por protegerme.—Anastasia recordó el inicio de su historia. No sólo Christian había cambiado, también Anastasia. Todo lo que tuvieron que pasar, pero al final todo valió la pena. Porque hoy estaba en los brazos de su esposo, y afortunadamente vio a su hija crecer.

—Protegerlas siempre será mi misión. Volvería a pasar por toda nuestra historia, con altos y bajos, solo si eso me asegura que podré tenerte para el resto de mis días.

—Te amo, Christian.

—¿Por siempre?.

—Y para siempre.

"Sin duda alguna puedo afirmar que siempre nos vamos a amar"

"Sin duda alguna puedo afirmar que siempre nos vamos a amar"

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Fin.

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