Capítulo 32

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Christian entró a la casa, ajetreado. Moría por tomarla, penetrarla profunda e intensamente. Hacia seis días que ya que no mantenían relaciones sexuales, ni siquiera se besaban. Y lo Necesito ... la Necesito, Necesito sus besos. La encontró en la cocina, preparando la comida.

—Amor ... —se acercó y la rodeó por detrás. Anastasia no pudo evitar gimotear al sentir su erección. —Vamos al cuarto, anda ...

—¿Eh? —Ella se giró y miró a Christian. Haciéndose la despistada.

—Vamos ... —sonrió y se inclinó para besarla. Ella lo evitó.

—No querrás perder la apuesta, ¿cierto?

—¿Pero qué ...? —Christian arqueó una ceja. —Oh no, eres una tramposa —se cruzó de brazos y la miró serio, molesto.

—No cariño, la única norma era; no sexo, ni contacto sexual.

—Dios ... —Christian se pasó una mano por el cabello. —Eres mala, muy, muy mal ... en la luna de miel verás.

—Lo espero con ansias —sonrió ella. Christian no dijo nada, solo subió a la segunda planta y cerró la puerta del baño de golpe. —¡No lo hagas, cariño! —Grito Anastasia desde la primera planta.

—¡Déjame! —Le contestó Christian desde el lavabo. Anastasia negó la cabeza y subió las escaleras. Abrió la puerta del lavabo y se acercó a Christian.

—Madre mía —jadeo ella al ver la enorme erección de Christian.

—Eso mismo ... —él le alzó la cara, agarrándola por el mentón. —Podemos terminar ahora este juego ... —suspiró acercándose a su rostro. —Aquí mismo ... —se sentó en la tasa del váter y palmeó sus muslos. —Vamos mi amor ... estás lista para mí ... lo desea —Anastasia se giró.

—No, no, y no. Pasado mañana es nuestra boda. Si he aguantado seis días sin hacerlo, voy a aguantar hasta la noche de bodas —le guiñó un ojo y salió del cuarto de baño. —No hagas nada, que lo noto.

[...]

Anastasia movió las caderas al ritmo de la música. Hoy era el día,  el día era hoy. Movió el cepillo de dientes al compás del ritmo de la música dance que se escapaba de la radio. Se pasó un dedo por el bordado de la braga, acomodándose y quitándose el jersey. Christian no estaba. Había pasado la despedida de soltero en quién sabe donde y había dormido en casa de Elliot. Vaya par. Escupió y enjugó. Fue con tan solo unas bragas puestas hacia la habitación, cogió la ropa limpia y se metió a la bañera. Algo relajante después de una buena despedida de soltera... vestida de conejita de Play Boy, secuestrada a un club de strippers. Eso solo hizo que se torturara más. El corazón le latía con fuerza, contra el pecho. Tenia un vestido de novia hermoso, perfecto, y aún se preguntaba cual sería la expresión de Christian, qué sentiría él en ese momento...o tan solo justo ahora ¿Qué estaría haciendo?

o tan solo justo ahora ¿Qué estaría haciendo?

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