(POV Serena)
14. Fricciones
Apenas entro al apartamento y cuelgo mi llavero de conejo miniatura, cierro los ojos con frustración. La música de rock pesado a todo volumen traspasa la habitación y retumba en las paredes y en los vidrios. Suspiro y lo maldigo en voz alta, aunque sé que no puede oírme.
Todo cuando me topo a mi paso me pone de mal humor: los platos están acumulándose en la tarja, la basura dentro del bote se desborda y desprende un feo olor y hay un par de moscas deambulando por toda la cocina. La encimera está pegajosa de mermelada y manchada de café. Trato de ignorar el cochinero y abro la nevera para sacar una Coca-Cola que me quedaba, pero casualmente también desapareció. Rechino los dientes, cierro y me saco los zapatos ahí mismo, cansada de un día saturado de trabajo y reticente a tener que lidiar con el nuevo y desquiciante Seiya Kou, en el día de mierda número nueve. Entro a mi habitación y me siento en la orilla de la cama, recordando nuevamente el origen de este desastre:
Sus ojos me recorren con la mirada, en mis piernas desnudas y en la prenda varonil y cara que llevo encima. Entonces, sus facciones se endurecen como si las hubieran tallado en piedra. Yo sigo paralizada, tratando de recuperar alguna función cognitiva que me permita escapar de esta situación, pero no encuentro ninguna. Sé que cualquier cosa que diga o que haga, será insuficiente, absurda...Ay, madre mía... ¿qué hice? Me siento mareada y débil, y me llevo una mano al abdomen como acto reflejo.
—Seiya —detecto una voz a mi espalda que me hace sobresaltarme. Suena tranquilo, pero sin dejar de traslucir cierta sorpresa —¿Qué... qué pasa, amigo?
Seiya parpadea varias veces, como tratando de recuperarse. Mierda, se ve totalmente perdido, como si alguien hubiera jalado una alfombra debajo de sus pies. Yo abro la boca pero no consigo decir nada. ¿Qué podría decir de todos modos? La he cagado majestuosamente. Eso es lo único relevante. Seiya carraspea y se dirige a Diamante, ignorándome totalmente, como si fuera la primera vez que me ve en su vida.
—Nada, amigo. Todo está en orden. Sólo estaba cerca y pasaba por el vecindario —explica vagamente, pero detecto el tono mordaz en la palabra amigo.
Miro a Diamante, quien lleva ése vino delicioso en las manos. Tanto se me había antojado y siento que ahora mismo, si bebo, me caerá fatal. Vuelvo a mirar a Seiya con cautela, como si fuera un depredador peligroso que está fuera de su jaula.
—Te llamo luego —se excusa fríamente, y luego se da media vuelta para marcharse, siempre sin mirarme.
—Seguro —dice Diamante con la misma calmada indiferencia, pero estoy segura que él ya no le ha oído.
Mi corazón se agita, y sin siquiera avisarle a Diamante, mis piernas reaccionan y caminan a largas zancadas por el pasillo hasta el ascensor. Lo encuentro aún ahí, apoyado con la mano sobre los botones y presionando con insistencia, como si eso fuera a ayudar a que suba más rápido.
—Seiya, en realidad yo...
Las puertas se abren, al igual que mis ojos se abren más, angustiados. Ni siquiera me va a escuchar.
—Seiya, yo... —vuelvo a empezar torpemente. Él me mira una sola vez y pone una mano al frente, como para negarme el derecho de que entre con él.
—No te preocupes Serena, no es mi asunto —dice y presiona el botón de cerrado, con una voz clara y desprovista de emoción.
El corazón se me estruja tanto como un limón exprimido. ¡Serena!
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ROOMIES
FanficLo peor que podría pasarle a Serena Tsukino además de tener mala suerte en el amor, perder a su única amiga y estar en la bancarrota absoluta es tener que compartir piso con Seiya Kou, a quien detesta profundamente... o eso creía ella.(Universo Alte...