30. Control

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(POV Serena)

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Casi me voy para atrás de la silla cuando me llega un correo de mi jefa. Dice que me pase por su oficina de inmediato. Es la primera vez que quiere hablar conmigo en casi tres semanas, y me pongo tensa al instante. ¿Hice algo bien o algo mal? En breve lo sabré. Antes de salir del despacho, me aseguro de no tener migajas de panecillo en la comisura de los labios ni ninguna manchita de café en la blusa. Conmigo nunca se sabe.

Toco con suavidad la puerta y su voz grave y tranquila a la vez me indica que puedo pasar.

Apenas pongo un pie dentro no puedo evitar jadear de la sorpresa. Es un despacho enorme, tan iluminado que me deslumbra (su ventanal es el triple de grande que la mía), todo amueblado con los mismos tonos blancos y beige y de muy buen gusto. Además, tiene algunas plantas acomodadas con discreción y está impoluto. Es impresionante.

—¿Te gusta? —me pregunta Setsuna con una sonrisa pequeña. Me ruborizo y carraspeo. Me ha pillado.

—Es la oficina más bonita que he visto —confieso, pasándome un rizo de pelo detrás de la oreja.

—Gracias —dice sin más, y me indica con un movimiento de cabeza que me siente. Me aproximo a buen paso. Sé que no le gusta perder el tiempo —. Entonces, he estado revisando las reseñas que me has enviado...

Asiento atenta.

—Y estoy sorprendida. Has leído mucho más de lo que esperaba —me reconoce satisfecha. Yo sonrío.

—Los manuscritos eran buenos.

—Quiero que me hables de dos en particular. Empecemos con... Suspiros Robados. Platícame.

Me quedo medio embotada. Pensé que mi reseña lo explicaba bien.

—Recuerda que necesito hablar con alguien como si fuera una lectora —me dice, como adivinando mis pensamientos. Diablos, Setsuna es muy intuitiva. Demasiado. Le doy gusto y me dejo ir como la nerd de las novelas que soy:

—Es fabuloso. La autora ocupa una narrativa que te tiene al borde del asiento. Además sus personajes, en particular su protagonista, es muy interesante y redonda. ¡Y la trama ni qué se diga! A pesar de que hay muchos libros que hablan de temas sobrenaturales, nunca había visto algo parecido. Porque justamente nunca sabemos exactamente qué pasa con ella. Si está viva o muerta, o es otra cosa. Al menos hasta que escriba la segunda parte —me río. He hablado más rápido que un loro, y con demasiada intensidad.

Setsuna pestañea como risueña.

Me vuelvo a poner roja y bajo la vista. Espero que algún día deje de intimidarme.

—Ya veo que te gustó.

—Mucho. Creo que es un prospecto relevante y podría encantarle a quien le guste el género.

—¿Segura? Tenemos mil ejemplares en el mercado llenos de vampiros, hombres lobo y demás criaturas oscuras y aburridas —repone.

—Sí, pero no es nada de éso, te lo aseguro. Me da buena espina.

Ella menea la cabeza como sopesando la posibilidad, pero no del todo convencida. Luego teclea algo en su Ipad.

—De acuerdo, le concederé una entrevista. Ahora quiero saber la contraparte. Veamos... ah, sí. Ahí está. Amor al revés es amor. Es un título tonto, pero lo destrozaste. Dime por qué.

—Es espantoso. Me costó terminarlo —opino con desdén.

—Sí, sí. Dime por qué —me insiste. Yo suspiro. ¿Cómo le digo educadamente que es basura?

ROOMIESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora