(POV Serena)
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Abro los ojos sintiéndome sobresaltada. En mi sueño una figura inhumana, larga como gigante y sin cara se cierne sobre mí mientras yo corro de espaldas, sin saber qué aguarda detrás mío, me hace tropezar y me deja indefensa. También he soñado cosas caóticas y confusas en el medio, como una telaraña de sinsentidos inquietantes. Este último ha sido un sueño horrible, pero no he gritado ni llorado ésta vez. Tomo una gran bocanada de aire y espero a que mi ritmo cardíaco se normalice, mientras me tapo el rostro con el antebrazo; repitiéndome que nada de eso es real.
Medio grogui, me incorporo portando seguramente mi mejor máscara de Halloween. Y cómo no, es nada más y nada menos que Yaten el afortunado para verla en vivo y a todo color. Respingo y me llevo la mano al pecho como si me estuviera dando un ataque.
—Dioses... —murmuro en un quejido. Se me olvidaba dónde estaba. Desde la encimera de la cocina, Yaten sólo le da un trago a su café.
—Suelo asustar a la gente, pero no sin decir nada todavía —dice.
Parpadeo. ¿Estoy todavía dormida o acaba de hacerme una broma? Lo vuelvo a mirar y sonríe disimuladamente bajando la vista. ¡Lo era! Me quedo de a cuadros. No estoy acostumbrada a verlo en ese modo, bueno, ni siquiera creo haberlo visto sonreír una vez. Al menos no si no es a Minako.
No me siento precisamente halagada, pero sí agradecida. Mucho. Han sido muy amables al dejarme vivir aquí y me lo hacen hasta fácil, aunque no lo sea.
—No, yo... es que eres muy silencioso —me excuso llevándome una mano a la cabeza. que me pesa más de la cuenta. Diablos, mi cabello parece un nido de pájaros. ¿Podría esto ser más incómodo?
—¿Café? —me ofrece de repente, sin reparar en mi aspecto.
—C-claro... gracias.
Trato de quitarme las lagañas de los ojos y apelmazar mi melena de león, Me hago una coleta con una goma mientras él lo sirve. Llevo una camiseta ancha y un pantalón de chándal como pijama, así que no me preocupa revelar más de lo debido. Eso sumaría más puntos a la incomodidad de mis nuevos roomies. Él está impecable, huele bien y su camisa y pantalón están perfectamente planchados. Pienso momentáneamente en Diamante, siempre a tiempo y arreglado en un típico día laboral por la mañana, como hoy. Mi corazón se estruja un poco, pero es más por la desilusión del desengaño que por anhelo. Eso es bueno. Llevo varios días aquí, y por fin ha dejado de intentar comunicarse conmigo, sea para rogarme hablar o insultarme. Espero que siga así.
Desliza una taza grande color negro que un parece un plato hondo de cereales —excelente tamaño para mí— hasta mi alcance, junto con el azúcar y la crema.
—¿Minako aun no se ha levantado? —pregunto, sólo porque no soporto los silencios.
—Se está duchando.
—Ah.
Hay un ejemplar de periódico enrollado en la encimera. Lo abro y echo un vistazo a la sección de anuncios de ofertas de trabajo. Como Yaten es más conversador que un mimo en estado de coma, vuelvo a hablar yo al ver que no hay nada para mí.
—Hum... he pensado en pedirle trabajo a Lita. Tal vez de mesera, o ayudante.
—¿En el café?
Yo asiento sintiéndome algo avergonzada. Él me mira con profunda seriedad.
Es claro que estoy desesperada por irme de aquí. No es que ellos me traten mal, al contrario, ya dije que han sido muy amables y comprensivos, pero vivir aquí es... es...

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ROOMIES
FanfictionLo peor que podría pasarle a Serena Tsukino además de tener mala suerte en el amor, perder a su única amiga y estar en la bancarrota absoluta es tener que compartir piso con Seiya Kou, a quien detesta profundamente... o eso creía ella.(Universo Alte...