20. Peligro

286 47 43
                                    


⚠ADVERENTENCIA:
Este capítulo contiene escenas de violencia gráfica y se recomienda precaución para personas altamente sensibles. Recordar que este fic está catalogado únicamente para lectores adultos.
.

(POV Serena)

20. Peligro

Agosto no me supo ni a melón. Y los días en el calendario de septiembre parecen avanzar con una velocidad impresionante y podría decirse que hay, por fin, algo de estabilidad en mi vida. A pesar de mis dudas y reservas previas, me estoy acostumbrando a vivir con Diamante y he empezado a integrarlo en mi propio mundo. Mis aficiones. Mis gustos. He podido convencerlo de quedarnos en casa algún fin de semana y ver una película en vez de pasear por los lugares exclusivos de la ciudad. Lo he animado a probar las delicias de la comida callejera en vez de tener que disfrazarnos de Angelina y Brad para ir a cenar y hasta una vez lo pillé comiéndose uno de mis Twinkees con su café italiano. Insólito. Del mismo modo, he ido modificando algunos de mis hábitos, entre ellos, el peor, el horrible suplicio de hacer ejercicio con un entrenador personal. Según él, necesito estar saludable. Según yo, quiere matarme de un paro cardíaco.

El caso es que me he aguantado éstas cosas por él y viceversa. No hemos vuelto a discutir y nos llevamos bien. Todo está tomando un rumbo esperanzador. Casi ideal.

Y digo casi, porque lo único que no me deja es conducir su coche.

Bueno, no es lo único... lo sé. Y ustedes lo saben. Pero a lo que sigue.

Son más de las seis y el teléfono de mi oficina suena. Cierro los ojos abrumada y murmuro retahíla de maldiciones. Tengo tanto trabajo diario y sólo parece multiplicarse como una plaga.

Me tomo un respiro por primera vez en el día despegando la vista de mi monitor y contesto.

—Tsukino.

—¡Pensé que estabas muerta!

—¿Perdón?

Oigo la risa escandalosa de Minako y pongo los ojos en blanco. Por cansancio, no por molestia en realidad. De hecho oírla es refrescante. Tiene el tipo de risa que te contagia siempre.

—Hola, Mina...

¿Ocupada? —pregunta.

Tú qué crees.

—Un poco. ¿Por qué me llamas a la oficina?

Porque no atiendes el móvil —dice en tonillo bobo.

—¿Y no podías esperar a que te devolviera la llamada?

Claro, paciencia es mi segundo nombre —se burla, parece estar en una tienda de ropa o algo así, ya que se escuchan voces y una música pop muy lejana —. Parece que no me conoces. ¿Qué tal el nuevo puesto?

—Pesado. No sé cómo Molly lo hacía... —niego con la cabeza en cuanto siento la mirada horrible y penetrante de Shiho desde su despacho, a pesar de estar relativamente lejos —. ¿Podemos hablar luego? ¿O es urgente? —pregunto por consideración, aunque sé que si algo fuera urgente para Mina, la tendría esperándome en la recepción como agente del FBI.

Creí que querrías saber que el ejecutivo del banco llamó...

Yo me enderezo sobre mi silla y espero expectante.

Y... Yaten aceptó su oferta. No sé como lo hiciste, debes compartirme tu arma secreta —me dice como entre divertida y recelosa.

¡Eso! Sonrío de oreja a oreja. Shiho me mira fijamente. ¡Por Dios, déjame en paz!

ROOMIESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora