La verdad es que creí que esta mierda de la ira iba a ser peor de lo que al final resultó ser.
Quiero decir, la mayor parte del tiempo estoy rodando los ojos con eso de los ejercicios de respiración y todas las payasadas de visualizar el problema y controlar el impulso, pero todavía consigo hacerme destacar en el ring de boxeo.
Y no lo voy a negar, se siente bien golpear sin sentirme molesto. Antes, cuando peleaba por dinero, no podía evitar sentirme miserable por lo que hacía. Mis oponentes siempre estaban tan jodidos como yo y lo único que podíamos hacer para sobrevivir era esperar que el otro no lo hiciera. Pero ahora entreno con un objetivo, y la pesadez en mis hombros empieza a aligerarse.
También es una buena forma de liberar energía, del tipo que antes aprovechaba muy bien con Kat. Hace meses desde la última vez que la toqué y puede que me esté volviendo un tanto loco. A pesar de que no puede caminar, gracias a sus terapias diarias se ve más en forma que nunca y yo estoy perdiendo la cabeza.
Cuando se enteró de estaba entrenando con alguien más Matt me hizo una escenita de celos, y aunque intenté explicarle qué era lo que estaba haciendo, su terco y molesto trasero sigue lanzándome comentarios desdeñosos cada vez que me ve salir de la casa para reunirme con mi entrenador asignado.
—Te dejé vivir en mi casa y ahora tengo que verte salir para encontrarte con otro hombre—suele decir—, no me mereces, Harry.
El señor Brown, por otra parte, está muy a gusto con la idea de que vaya a conseguir un certificado para entrenar, porque así podré trabajar con Matt en el gimnasio. Poco le importa el porqué estoy tomando el curso, a diferencia de Martha, que está encantada de que "quiera enderezarme y dejar de estar tan de malas". Roxanne solo quiere que le presente al instructor.
Me las arreglo con Becca para encargarnos de Kat. Los días que no puedo llevarla Becca lo hace, y viceversa. Desafortunadamente, más son las veces que Becca la acompaña en lugar de mí.
No nos vemos tanto como quisiera, aunque hago malabares con mis horas para coincidir con ella al menos por quince minutos. Es casi como si volviéramos a nuestra rutina previa a nuestro noviazgo, escondiéndonos en su dormitorio cada vez que podemos, viendo películas malas, hablando hasta altas horas de la noche los días que no nos vemos y yo deseando poder comérmela cada vez que estamos cerca.
Con el tiempo que ya no invierte con los animadores ahora ha inscrito un montón de cursos extra. Se la pasa casi todo el día estudiando, aunque a mí no me parece tan animada como intenta pretender.
Pero hoy he decidido saltarme las clases para pasar el día con ella. Conduzco mi carcacha con más cuidado que nunca porque ahora hace otro ruido extraño. Hago una nota mental de ponerme con Matt a revisar qué coño le está pasando a mi coche.
Estaciono y me subo los lentes de sol a la cabeza. Este puto caballo ya empieza a fastidiarme también. Debería pedirle a Roxanne que lo corte de una vez por todas.
Mientras voy caminando hacia las puertas del edificio me detengo y volteo a cada lado, porque por un momento siento la mirada pesada de alguien más sobre mí.
Pero no veo a nadie. No hay nadie en el estacionamiento, al menos, no cerca. Frunzo el ceño. Juro que tuve la sensación de que alguien me estaba viendo.
Intento convencerme de que me lo he imaginado y que no es más que la falta de sueño hablando. Sacudo la cabeza y sigo mi camino, apretando el paso.
Cuando entro en la habitación de las chicas las encuentro a las dos en la cama de Kat, ambas tan sumidas en lo que sea que estén viendo en su teléfono que apenas si notan que estoy aquí. Las saludo pero ninguna contesta.
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Compass, Vol. 2 [HS]
Fanfiction"Eres mi único compás, puede que me pierda sin ti. ¿Podrías decirme a dónde ir?" -The Neighbourhood (Segunda parte de Scary Love")