𝟮𝟰

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Auron continuó riéndose aun cuando terminé de narrar lo sucedido anoche y a pesar de haber pedido algo de comprensión lo único que obtuve fue un repertorio de risas e incluso, también bromas de parte del chico fantasma, que al parecer no estaba ta...

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Auron continuó riéndose aun cuando terminé de narrar lo sucedido anoche y a pesar de haber pedido algo de comprensión lo único que obtuve fue un repertorio de risas e incluso, también bromas de parte del chico fantasma, que al parecer no estaba tan concentrado en entrenar.

—E-es que no... no puedo creer que prácticamente hayas hecho caer a mi hermanito. —Auron continúo riendo, a pesar de haberlo hecho desde que comencé a confiarle esta "anécdota", que, a decir verdad, no tenía nada chistoso.

Al escuchar las risas de Fargan no tardé en sentir mis mejillas arder y no precisamente por la vergüenza de ser la mofa de mi amigo y de un completo extraño, sino por el recuerdo de todas las sensaciones que Rubén y yo experimentamos durante nuestra sesión de besos, toques y caricias que parecían empujarnos cada vez más a cumplir con nuestros instintos. Y estoy seguro que íbamos a dejar de lado la razón si es que Irina no hubiera llegado a arruinar y a asustarme con sus gritos.

Rubén casi cae de mis brazos cuando vi a mi hermana en frente de nosotros y si no fuera por sus brazos aferrándose a mi cuello y sus piernas a mi cintura, estoy seguro que el golpe que hubiera recibido no sería nada suave.

Después de aquel "incidente" y de las insistentes burlas y risas de mi hermana, regresamos al campamento, aunque claro, ni siquiera en ese lugar logré salvarme de ella.

—Entonces es por eso que la chica linda te estaba fastidiando toda la mañana. —vi de inmediato a Fargan y no por haberse dejado de reír, sino por considerar a mi hermana bonita y no precisamente con buenas intenciones.

— ¿Qué acabas de decir? —me coloqué de pie y comencé a avanzar hacia el idiota que había comenzado a reír desde que mencionó a mi hermana.

— Lo que escuchaste jirafita. Tu hermana es demasiado bonita. —y entonces avancé lo más rápido posible, importándome muy poco las palabras de Auron.

— Repite lo que has dicho... —susurré al estar frente suyo. Él me miraba desde su sitio y sonreía como el tremendo idiota que era.

— Que tu hermana es...

𝐏𝐄𝐐𝐔𝐄Ñ𝐎 ; Rubegetta Donde viven las historias. Descúbrelo ahora