After the paradise - Rubius & tu -

Capitulo 54.

El tono de mi celular y por la música que sonaba, no era Rubius ni mi madre. Atendí.

-¿Hola?.- Mi voz por las mañanas apesta, al igual que mi aliento. -¿Quién habla? .-

-Soy yo, Samuel.-《¿Escuché bien?》.

-¿Qué quieres? Me despertaste.-Soné borde, aunque en realidad quería que suene a sollozo.

-Necesito que hablemos, ya sabes, lo de ayer.-

-Pues hablemos.-

-Digo de hablar cara a cara, mañana volveré a Los Ángeles con Willy y necesito aclarar todo antes de irme. -

-Ésta bien.- Respiré profundo. -¿Dónde queda vuestro hotel?.-

-Iré yo a tu departamento, aquí está Willy. -

-¿Sabes dónde vivo?.-

-Al lado de Rubius, estaré allí en unos minutos. - Colgó. Carajo, voy a tener al gilipollas en mi casa, tendré que quemarla luego.

Desayuné un café y me cambié y lavé mi cabello antes de que llegara Samuel. 《¿Para qué te arreglas? Solo es Samuel, recuerda que lo odias》.

El timbre sonó y yo estaba limpiado mis dientes, acabé rápido para abrir la puerta y acabar con esto de Samuel lo más antes posible. Miré por la mirilla y mis mejillas empezaron a arderme 《¿Tu novio esta en la puerta y tu arreglada? ¿Qué coño le diras, retrasada? 》.

-Hola.- Lo único que se me ocurrió decir ahora. Rubius me miró de reojo, claro, no me maquillo para salir con él y ahora solo pienso en que decirle.

-¿Por qué tan arreglada?¿Esperabas a alguien? .- Dijo moviendo su cabeza de lado a lado como si buscara algo y sin invitación entró a mi departamento.

-NO... no, no esperaba a nadie.- toqué mi nuca y la acaricié de arriba a abrajo mientras el se relajaba sobre mi sofá.

-¿Irás a algun lado?.-

-Claro, tengo que ir a Ubisoft a entregar unos trabajos, ya sabes, sigo trabajando allí. - Mentí.

-¿Puedo ir contigo?.- Tomó de mi mano y me acercó a él que aún estaba relajado en mi sofá.

-NO, no, bueno, no hace falta que me acompañes.-

- Decidido, te acompaño.-《¿Cuál es tu plan ahora?¿Entregar una carpeta vacía? ¡No has hecho una puta mierda en toda la semana!》.

-Bien, iré a buscar mis cosas para salir. - Dije y seguido a esto sonó el timbre ¿Sería él?. Me acerqué a la mirilla. Carajo, Samuel. Abrí la puerta y lo vi extraño, al igual que él. Miraba a todos lados, como si fuera un asesino.

-Tienes que irte gilipollas, esta Rubius aquí y debes irte, adiós.- Le grité en susurro y cerré la puerta. Al darme la vuelta, vi a Rubius mirando extraño.

-¿Quién estaba...-

-Nadie, de seguro unos niños quieren trollearme.- me hice la molesta y al parecer, él se la tragó. -¿Quieres un café o algo? .-

-¿No tienes que salir?.-

-No hay apuro. - Sonreí tierna.

-Vale.- Dijo y le serví el café que había dejado.