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Era domingo por la mañana, la habitación se encontraba en completa oscuridad, ningún rayo de sol se podía dar a notar, ya que Tomas se había encargado en dejar bien cerradas las cortinas para que ningún rayo se sol le fastidiara su sueño, al igual se aseguró de dejar bien cerrada su puerta, para que nadie entrara a molestarle.

Después de haberse dado por vencido de llamar a Eric, apagó la televisión, luego se tapó completamente con las frazadas, maldiciendo su vida. No sabía que iba hacer, no había como evitar lo que sucedería, pero aun así tenía mucho miedo a que Eric lo rechazara, no quería tener esa mala suerte que tenían muchos, que cuando tenían sentimientos por primera vez, todo se volvía después un infierno o un mar de lagrimas.

Tomas despertó al oír como intentaban abrir su puerta, luego escuchó unos pasos alejándose. Se levantó con el miedo de que ya hubiera llegado Eric, primero observó la hora y eran recién las diez en punto. Podía calmarse, Eric no seria tan loco como para venir a esa hora. Nuevamente se hicieron presente unos pasos hacia su puerta.

-¿Mamá eres tu?...

-Abre esa puerta en estos instantes.

-Estoy desnudo...._Mintió, la voz de Susana se oía un poco enojada, así que abrir esa puerta no era una opción. -¿Sucede algo malo?.

-¡¿Qué te costaba decirme que invitaste a Eric a venir?!_Tomas quería gritar del miedo, Eric estaba ahí, en la casa, en esos instantes. -Empieza a vestirte que le diré que suba.

-No, espera, mamá ¿Mamá?..._Susana se fue sin prestarle atención. Tomas observó a su alrededor, el olor a pollo frito estaba por toda la habitación, así que corrió a abrir las ventanas, luego quitó el seguro a la puerta y se metió al baño, se bañaría para al menos recibir su triste final un poco más decente y así también haría tiempo para prepararse mentalmente.

En cuanto se metió a la ducha, escuchó como la puerta de su habitación la habían abierto y luego cerrado. Los nervios de Tomas estaban a flor de piel, no podía con todo esto, deseaba que en ese instante se hiciera un hoyo en su ducha y así salvarse de aquella situación, pero lamentablemente el destino no siempre esta de tu lado, normalmente prefiere verte sufrir.

Habiendo terminado de ducharse se puso ropa cómoda, cepilló sus dientes y antes de salir e ir a enfrentar a Eric, se miró al espejo y se dio ánimos, pero no le sirvieron de mucho. En estos momentos odiaba a su familia, ¿por que no se llevaban a Eric a convivir con ellos?.

Bien, Tomas se arma de valor y toma el pomo de la puerta, girándolo y trayendo la puerta hacia adentro, sale del baño y cierra la puerta antes de mirar a la persona a sus espaldas. De una vez por todas se gira y con tranquilidad le sonríe amable y saluda como si nada. -Buenos días Eric.

-Buenos días Tomas..._Contestó este con neutralidad.

-¿Que haces aquí tan temprano?..._Intentó pasar, pero Eric no le dio pase, Tomas le sonrió un poco nervioso e intentó volver a pasar, pero Eric no le dejó. -¿Me puedes dejar pasar?....

Eric frunció el ceño antes de responder. -¿Por que actúas como si no supieras porque estoy aquí?

-No se de que hablas, pero ya que estas aquí, quieres terminar los últimos cinco capítulos que nos faltan?...

-¡Deja de hablar de anime!... ¡¿Por qué actúas como si nada hubiera pasado?!

-Eric...

-¡¿Por qué me besaste y te fuiste?! ¡¿Por que no me respondiste las llamadas?!

-Yo....

-¡¿Tu que?! Eres muy complicado, me confundes más que mi padre. Anoche no paraba de decirme que yo estaba enamorado de ti, que tu me gustabas mucho, que esa era la única razón para como yo me siento hacia a ti. No sabía si creerle a ese viejo, yo jamás me he enamorado y soy muy lento para estas cosas, eso dice mi papa, auque yo me negué a lo que decía, lo investigué, describí cada sentimiento y era lo mismo que me dijo mi papa.

DOS BODAS UN NOVIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora