Solo otro Fanfic Isargas

Pov Martín:

- Hey! Alto ahí! Manos en alto! Está rodeado! No tiene a donde ir, ríndase ante la justicia - Esas eran las palabras de la oficial en la película que miraba con mi hermano Simón.

Porqué tienen que ser siempre tan predecibles los diálogos de las películas? Es decir, se que es parte de las estructuras cinematográficas, pero porqué no usar alguna otra frase? Porqué no usar códigos más elaborados, es decir, no creo que cuando estén por arrestarme la policía tenga tiempo para gritar todo eso. Siento que solo correrían y me derribarían sin decir una palabra. Mucho menos el tradicional : "Explíqueselo al juez".

- Que piensas Marto? - Preguntó Simón, sacándome de mis pensamientos.

- Nada... bueno nada importante - dije restándole importancia y escurriéndome en el sofá.

- Vamos, te estas mordiendo las uñas, y solo haces eso cuando estás concentrado. Dígame en qué piensa perro? - dijo pausando la cinta y volteándose a mirarme.

- No, en serio que no es nada Simón, estoy bien - dije sin mirarlo.

- Martín... - dijo con voz gélida, y yo me limité a apretar los labios. Sabía que Simón no dejaría de insistir hasta que le dijera lo que estaba pensando. El suele ser así, quiere tener absoluto control de todo.

Desde que mamá murió, el se comporta como si también fuera mi padre, y en este momento siento como lentamente caigo en las garras de su mirada que se clavan en mi como dos cuchillas afiladas, y sinceramente no me gusta.

- Solo pensaba en cómo sería vivir realmente una película de suspenso - dije con voz apagada.

Entonces un casi inaudible -Ah - salió de la boca de Simón, lo mire de reojo y vi como pasaba la lengua sobre sus dientes. Qué estaba pensando esta vez? La última vez que me pregunto en qué pensaba terminamos con la casa congelándose a -15º porque le dije que estaba pensando en que tan suave es la nieve. Es decir, fue divertido sin duda, pero me parece extremo que siempre tome decisiones así tan... extremas. Solo espero que no vaya a hacer ninguna locura...

- Tengo sueño, me voy a dormir, descansa - le dije un poco más animado y me fui directo a mi habitación, no quería seguir pensando en nada, me puse mi pijama y lavé mis dientes, abajo sonó el sonido de puerta principal, papá había llegado a casa, mire el reloj
"Para qué lo haces si no sabes que dice?" dije para mi mismo. Con este pensamiento me hundí en mis sueños.

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Ya era de día de nuevo, y como siempre, no tenía nada que hacer. Sería de nuevo la misma rutina aburrida, bajar a tomar el desayuno, perder el tiempo hasta que llegara Simón por la tarde, y mirar los primeros minutos de una película para  volver a la cama. O eso creía yo.

Baje las escaleras, y sorprendentemente papá estaba en la cocina. El solía marcharse muy temprano cuando venía a casa - Hey, cuanto tiempo papi, cómo has estado? - fue lo único que atiné a decir.

- Todo bien hijo, pero de nuevo estaré fuera por un tiempo - dijo él cerrando su maletín. "Si, ya se me hacia mucho que estuvieras aquí " pensé, pero me limité a sonreírle triste, él lo noto, y fue hacia mi a abrazarme - se lo duro que debe ser, pero estarás bien, estaremos bien - dijo acariciando mi pelo.

- Si, pero no quiero que te vayas - sentí como las lágrimas se acumulaban debajo de mis ojos, intenté mentirme a mi mismo diciéndome que ya era grande para llorar por cosas así, pero al final las lagrimas cayeron por mis mejillas, entonces sentí el pecho de mi padre contra mi rostro y sus cálidos brazos alrededor de mi cuerpo. Nadie daba abrazos como él. Me sentí feliz por un momento, hasta que sonó una alarma de su celular, se separó de mi en un segundo y tomó su maletín con prisa.

- Lo siento, debo irme, cierra bien la puerta, te quiero, adiós - fueron sus últimas palabras antes de que detrás suyo sonara un portazo.

Me quede ahí, solo, desayunando y mirando por la ventana. Amo nuestra vista, en medio del campo todo es verde, todo es vida, todo es libertad. De pronto sonó el portazo de la puerta, de seguro Simón se había ido ya. 

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