La cena de enfría

275 25 9
                                    

Pov narrador:

Martín empujó el plato hacia delante inducando que había terminado y miró tímidamente a Isaza, lo llamó para que lo mirara - Isa...

- Em? - alcanzó a decir antes de sentir un beso en su mejilla.

Después de esto Martín salió corriendo. Dejando a Isaza con los ojos como platos.

Después de un rato Isaza se paró de la mesa. Dejó los platos en el lavadero y recorrió la casa con la mirada intentando encontrar a Martín. Se tocó la mejilla y soltó un suspiro - Mierda Juan Pablo, porqué ? - se dijo aún sonriendo y buscando las escaleras. De seguro Martín estaba en su cuarto.

Subió las escaleras. Había muchas puertas, pero solo una estaba cerrada. Supuso que esa era la habitación del chico. Toco suavemente, no recibió respuesta, así que abrió la puerta. Ahí estaba él, en su cama abrazando a Malta. La imagen derritió a Isaza en cuestión de segundos. No lo pensó más, pues se arrepentiría si se detenía a pensar.

Se acercó y tomó a Martín por la mejilla. Sin decir nada solo lo besó. Sintió como la piel del chico se erizó y como su cara se calentaba rápidamente. Martin no tardo y correspondió, pronto sus manos estaban en la nuca de Isaza. Se separaron, ninguno dijo nada, Malta fue la que rompió el silencio empujando a Isaza con un leve gruñido hacia Martín. Ambos chicos miraron a la perrita y luego miraron sus manos entrelazadas, rieron apenados y volvieron a mirarse. Martín se escondió en el pecho de Isaza y este solo lo abrazó y le acarició en cabello. No hacia falta explicar que estaba pasando. Los dos ya lo sabian.

Se quedaron así un rato. Un muy buen rato. Hasta que el sonido del auto de Simón los hizo separarse. Ambos se miraron preocupados. No dijeron nada y solo corrieron al garage. Martín delicadamente le puso el paliacate de nuevo y cuando la puerta de la entrada se abrió terminó de cerrar las esposas. Corrió hacia la cocina. Y con el parado más antinatural que exista se recargó en la barra. Estaba muy nervioso obviamente.

- Qué pasó Marto? - lo saludo Villa. Martín se había olvidado por completo de que vendría a cenar.

- Bien y tú - dijo sin darse cuenta de que esa no era la pregunta.

Villa río y aún confundido respondió - También, También. No me quejo - se volteó a mirar a Simón - ya le dijiste? - dijo casi susurrando, a lo que Martín abrió los ojos y se acercó.

- Decirme qué? - interrumpió.

- Eeee... la cena se enfría - dijo poniendo una bolsa igual a la de la llegó esa tarde en la mesa.

Solo otro Fanfic Isargas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora