Solo otro Fanfic Isargas

Tengo Hambre

Pov Isaza :

Estaba dudoso de si debía contarle esto a Martín, pero lo tenía tan presente en mi mente en este momento que decírselo quizá me ayudaría.

- Simón y yo íbamos juntos en el Colegio. Teníamos como 8 años. Llegamos a ser buenos amigos, en serio lo apreciaba mucho, pero un día simplemente dejó de hablarme. Solo se alejó. Creí que ya no quería ser mi amigo, así que no le insistí. Pasaron un par de años, y no supe nada de él hasta que entramos a la universidad. Lo vi un par de veces en la cafetería, alguna vez en los partidos de la escuela, pero fue todo... pero ahora estoy pensando que quizá el día que Susi llegó golpeada a la casa... - me enoje, no quería dar falsas acusaciones pero en realidad creía que el culpable fue Simón - no lo sé. Ya no se que creer - sentí de nuevo la impotencia de que quizá también haya abusado de mi hermana, me consolé con la idea de que estaba alucinando. De que quizá era paranoico, o de que quizá este "juego" ya llevaba una gran planificación. De pronto las posibilidades eran demasiado amplias. Quería dejar de pensar en ellas. No tenía sentido torturarme de ese modo. - Hace cuanto tiempo tienes esa foto? - le pregunte a Martín que solo alzó los hombros - Simón siempre fue muy misterioso, yo ni siquiera sabía que eras su hermano - terminé con la mano masajeando mi frente aún sosteniendo la foto.

- De seguro Martín se alejó de ti después de lo que le pasó a Mamá - dijo Martín. No quería ser impertinente, pero instintivamente sin pensar le pregunté que había pasado - Bueno... a mamá se la llevaron unos hombres... y nunca regreso. Simón y papá nunca la volvieron a mencionar. Un día solo me dijeron que había muerto y nunca supe porque... - dijo sin ninguna expresión en la cara.

- Lo siento - dije acercándolo a mi para darle un abrazo.

- Esta bien... digo... era muy pequeño, y ahora te tengo a ti - sentí su abrazo alrededor de mi cintura, me olvide de todo, el dibujo, la foto, la quizá inexistente relación pasada de Simón y mi hermana. Solo quedó en mi cabeza el olor de Martín que aunque no es a avellana, así lo llamo en mi mente. Quizá es por el color de sus ojos o por su cabello. Pero para mi es olor avellana.

- Crees que algún día pueda aprender a dibujar? - le pregunte separándome y tomándole por los hombros. Quería dejar los temas en el pasado. Y hablar de algo más alegre.

- Qué? - me dijo confundido.

- Quiero dibujar como tú - terminé.

- Pero si yo no se dibujar - aunque sostenía sus hombros sentí como los movía intentado negar.

- Y yo no traigo un sombrero en la cabeza - me burlé.

- Isa... traes un sombrero en la cabeza - no entendió mi sarcasmo.

- Y tú también sabes dibujar. - alce las cejas.

- No son tan buenos - sentí como la tristeza invadía el cuarto entero.

- Te propongo un trato... vamos a dibujar algo, el que lo haga mejor se libra de preparar la comida y cena de hoy... aceptas? - él lo pensó un momento.

- Bien - dijo estirándome la mano.

- Tenemos un trato - le estreché la mano.

Daría mi mejor esfuerzo. No quería que ganara tan fácil aunque ya estaba mentalizado para preparar la cena. En mi vida había dibujado un retrato. Mi más artística obra de arte era la clásica casita con muñequitos de palo.

Debo admitir que no salió tan mal como esperaba. Estaba meramente orgulloso de lo que había logrado. Si entrecerrabas los ojos y lo ponías de lado y mirando desde una perspectiva meramente abstracta, casi parecía una cara... la verdad es que no tenía un gramo de estética. Bien pudo haberlo hecho un niño de 7 años.... no me quejo. Para lo único que yo utilizo el lápiz y papel, es para escribir partituras.