Vizcos y jugo

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Pov Isaza:

Martín entró corriendo, de inmediato me tensé. Traté de esconderme, pero prendió la luz - Nesecito tu ayuda - dijo mirándome, y de nuevo no encontré una gota de maldad en esa mirada, pero aún estaba asustado. Era mejor obedecerle, no quería arriesgarme. Temeroso me levante y él me tomó de la mano. Me llevo hasta la puerta - El seguro - señaló hacia la ventana - no sé cómo abrirla - dijo apenado - podrías ayudarme?... el hombre de la comida debe irse - dijo evitando mirarme a los ojos, cosa que agradezco. Me pongo nervioso si lo hace. Me acerqué a la ventana, quite el seguro. Y la abrí. Era minúscula, la bolsa apenas pasó, el hombre se despidió. Yo me quedé ahí parado. Qué tenía que hacer? Regresar al garage? Intentar huir? No, como podía huir si ni siquiera podía abrí la puerta, regresar al garage y pensar en cómo huir era lo más viable. Torpemente me dirigía hacia allá, pero la voz de Martín me hizo detenerme en seco - Espera! - dijo y sentí como se acercaba a mi, no me volteé, solo respiré profundo - Quédate a comer - dijo poniendo su mano sobre mi hombro. De nuevo me tensé. Estoy seguro que lo notó porque quitó su mano al instante, me volteé despacio, me miraba preocupado pero con una sonrisa liguera en los labios - Es comida China - dijo dándome unos palillos. Los tome y me senté a su lado. Lo vi intentando servirla, ni siquiera sabía agarrar los palillos.

- Déjame ayudarte - le dije, y la sonrisa en su rostro se me contagió.

- Gracias - dijo acomodándose un mechón de pelo detrás de la oreja... por Dios Juan Pablo es solo un niño! Cómo puedes pensar que haría algo como lo que hizo Simón!?! Solté un respiro.

- Mira, entre el pulgar y el índice, - coloqué un palillo entre sus dedos - y entre el pulgar, medio e índice - coloqué el otro palillo - y si mueves este - señale su dedo - se abren y cierran.

Lo mire a la cara, intentaba hacerlo y tenía la legua de fuera, sin darme cuenta de nuevo estaba sonriendo.

Con mucho esfuerzo y con una cara muy chistosa logró servir el segundo plato, sonrio ampliamente cuando lo logró. Me estiro el plato, y su sonrisa creció. Tomé el plato, pero no deje de mirarlo. No se cuanto tiempo pasó, no supe en qué momento habíamos quedado tan cerca, sentí su respiración chocando con la mía, instintivamente me acerque más, pero un segundo antes de que pasara a ser algo más, tanto él como yo nos separamos. Sentí mi pulso acelerarse. Y Martín subió como 15 tonos en un segundo, no dijo nada, solo empezó a comer. Lo imité.

Finalmente escuché como tomaba aire - Quieres tomar algo? - dijo mirándome pero queriendo desviar su mirada.

- Em... yo ... si claro, emm lo que .. si esta bien - balbúcee y me sentí como un tonto. Tan sencillo que hubiera sido decir : si, agua por favor. Pero no, mi cerebro no supo formular una simple oración.

- Bien - dijo parándose y yendó hacia el refrigerador - te gusta el jugo? - dijo volteando a mirarme con un par de cajitas de jugo en la mano, temía decir alguna otra estupidez, por lo que me limité a hacer un sonido de aprobación.

- Ajam- Martín me estiro el jugo, volvió a sentarse a mi lado y lo abrió. Hacía viscos mientras lo tomaba.

Abrí mi jugo, también hice viscos.

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