El bien común

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Pov Isaza:

Me recosté sobre el sofá. "Tendría que irme de aquí, por lo menos por un tiempo" Pensé. 

A quien engaño, voy a tener que irme para siempre. Quizá si me voy de Bogotá... quizá si me voy de Colombia... sería absurdo. No puedo andar huyendo toda la vida. Pero no puedo estar esperanzado a que la policía me proteja o que la justicia haga lo suyo y encierre a Simón. Qué pruebas tengo? Seguro no harían nada. Sería mi testimonio contra el suyo, Martín obvio nunca delataría a su hermano, no creo que sea tan torpe... o si? Podría este pequeño testificar en contra de su propio hermano? Podríamos ir ahora! Imposible. Claro que no. No hay posibilidad alguna, ademas que pasaría si me acusan de secuestrador por traerlo... no, el dijo que tenía 18... o 19... ? y si me mintió? Y si solo lo invento? Mentiría acerca de eso?... el roce de su cabeza dejándose caer sobre mi hombro me hizo voltear a verlo. En serio se había quedado dormido? No creo... no, si... si, efectivamente, esta dormido... joder, no puedo. No puedo hacerle eso. Simón es lo único que tiene, no sabe hacer nada. Por poco incendia su casa intentando hacer algo decente para desayunar. No sabe para que es la sal, y hace cinco minutos no sabía leer un reloj... eso es... hace cinco minutos no sabía leer un reloj! Este niño es una esponja. Si yo le hubiese dicho que el reloj se leer de derecha a izquierda, el me hubiera creído... NO! Juan Pablo no puedes hacer eso! No puedes... demonios. Simón tenía razón cuando dijo que era cuestión de tiempo para que me encariñara de Martín. No creí que tuviera razón... pero no puedo, no puedo quitarle lo único que tiene... pero, parece que es mi única salida, eso o huir... huir toda la vida... y dejar que el lastime a Martín como lo prometió ese día. Pero qué podía hacer? Llevarlo conmigo. Una completa locura, claro que no pasaría. Simón no está tan loco como para lastimar a Martín, puede que lo haga de menos y lo traté como si tuviera 6 años, pero no le haría nada malo... a quién engaño? Martín ha vivido una vida de mierda gracias a su hermano. Pero... eso no es mi culpa, y si empeorara... bueno eso quizá si sería mi culpa... pero suponiendo que quisiera mejorar su vida, mi vida, nuestras vidas. Qué pasaría con Martín después. Conseguiría un empleo? Sus padres lo apoyarían? Pero que estupido, sus padres murieron... pero en verdad murieron? No le habrá mentido? No... en serio se quebró esa noche, nadie actúa tan bien, pero claro, sigue siendo un Vargas... aunque... en realidad era un Vargas? No sería adoptado? No, esta idéntico a Simón. No, no puedo ser adoptado... bah! Estoy pensando demasiadas cosas y no estoy llegando a nada! A ver, a ver! Resumiendo :

Opción A: Huir por el resto de mi vida esperando que Simón no me encuentre nunca y olvidarme de lo que pueda pasar con Martín.

Opción B: Convencer a Martín de que lo mejor es denunciar a Simón y dejarlo a su suerte en el mundo.

En ambas opciones de todos modos su final es miserable... bueno... pues ya que. El "bien común" dicen por ahí.

Respire hondo y me percaté de que unos brazos me abrazaban por el torso, mi brazo igual estaba rodeando el cuerpo del chico. En qué momento pasó esto? Estaba tan metido en mis pensamientos que no me di cuenta, de inmediato me solté, y al instante Martín se incorporó, enrojeció y se separó. Me levanté del sofá, desconecté el celular de la Luz y fui a buscar la correa de Malta.

- Ya es hora de que te vayas - le dije a Martín mientras Malta corría hacia mi por el sonido de su correa que siempre la emocionaba.

- Y tú a dónde iras? - me preguntó mirándome a los ojos.

- A que revisen a Malta - dije levantándome del suelo después de ponerle su correa.

- Puedo acompañarte? - dijo con una mirada suplicante.

- Y después te vas a casa? - condicioné.

Puso sus manos debajo de sus piernas y con los cachetes inflados asintió.

- Bien, sal en lo que busco un par de cosas - dije señalándole la puerta, él se paró y salió sin más, dejo la puerta entre abierta, era de esperarse.

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