One Shots-(G)I-DLE y Tú

Soyeon 5 🧡

T/n se encontraba sumamente nerviosa bajo las gradas del campo de béisbol, estaba sentada con sus manos en las rodillas y la cabeza baja, hacía más de una hora que se encontraba ahí escondida y sabía que cada minuto que pasaba las cosas se iban poniendo peor.

Pensó si sería buena idea salir en ese momento o quedarse otro rato ahí hasta que se llegara la hora de la salida y por fin irse oculta entre los demás, sólo tendría que fingir que se había enfermado y se tuvo que retirar a casa.

Ya había apagado su celular desde que salió de esa clase aprovechando que la maestra había salido al sanitario, iba a inventar que se le había quedado sin batería y que por eso no había podido avisar de ausencia.

Eso unido a su falsa enfermedad podría ayudarla a no recibir un castigo tan grave, simplemente debía decir que se sintió tan mal que se olvidó de ponerlo a cargar en cuanto llegó a casa.

Sus manos temblaban un poco mientras las ideas iban llegando a su cabeza, ya era normal que su falda estuviera un poco húmeda a los costados por las tantas veces que pasaba sus manos levemente sudadas por esta, se sentía tan patética en ese lugar pero sólo quería estar un rato sola.

Jamás pensó que tendría que ocultarse de esa manera de alguien y mucho de la chica a la que se suponía amaba, durante esa hora se preguntó una y otra vez si seguía sintiendo amor por ella o sólo era el terrible miedo a dejarla el que la mantenía a su lado.

Llevaban apenas siete meses de relación después de un corto mes de comenzar a conocerse, la chica era tan maravillosa que ella misma le pidió formalizar su relación, se sintió tan feliz cuando la tuvo entre sus brazos aceptando una y otra vez su propuesta.

Como pasa en la mayoría de casos al principio todo era como un sueño en donde había demasiado amor, hasta que los celos comenzaron a inundar a la otra y se convirtió en una persona totalmente distinta a la que se había enamorado.

Las escenas en la calle, los insultos y los berrinches sin sentido habían pasado a un nivel muy bajo después de comenzar con el maltrato físico, aunque estaba claro que la única que lo sufría era ella pues jamás se atrevería a ponerle un dedo encima a su novia.

Soltó un largo suspiro pensando en si podría terminar esa relación pronto, no sabía cómo iba a reaccionar la otra pero necesitaba alejarse de todo eso con urgencia o iba a terminar muy mal si tardaba más.

Cerró los ojos por un rato y se abrazó a sus rodillas mientras recargaba la cabeza en estas, se sentía cansada por el insomnio que la había atacado los últimos meses, ni siquiera podía dormir por la tarde porque debía estar con ella atendiéndola de manera romántica.

Pudo sentir con sus dedos esa cicatriz que había dejado en la parte posterior de su otra mano, se la había ganado por tocar accidentalmente la mano de otra chica cuando caminaba por el pasillo, ese día terminó aceptando que sólo podía tocarla a ella después de que la tomara con tanta rabia que sus uñas terminaron enterrándose en su piel.

Desde ese día caminaba con las manos metidas en los bolsillos de su saco, le aterraba tener contacto físico con cualquier otra persona pues no sabía cómo pero su novia siempre estaba ahí para ver cuando ocurría.

Dejó de pasar sus dedos sobre su piel y trató de parar de pensar en la chica y sus maltratos, no le servía de nada haber escapado de esa manera si la iba a tener en la cabeza aún en ese sitio, aunque pensándolo bien jamás había salido de su cabeza cuando todo lo malo comenzó.

Después de un rato en la misma posición comenzó a quedarse dormida, en verdad le hacía falta una buena siesta y tal vez iba a aprovechar el estar ahí escondida como un cobarde roedor para hacerlo.