Inmor(t)al [En Amazon] (Yaoi)

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—Entonces ¿Qué deberíamos hacer?

Después de la pregunta de Gabriel solo viene un horrible silencio, Ángel se mordisquea las uñas y Román suspira como si fuese a desinflarse. Los platos de comida se enfrían, pero, aunque necesiten comer, tanto él como el omega sienten que tienen un nudo en el estómago.

Han pasado dos días y Gabriel ha entrenado esta mañana, demostrando que está en perfecto estado para dar el paso siguiente en su camino hacia el fin de la raza vampira. El problema es que nadie sabe en qué dirección darlo.

—Que lo preguntes tú es desalentador... —reconoce el vampiro con el ceño fruncido y los ojos fijos en la mesa. —Nuestro problema es que no tenemos claro qué estamos buscando exactamente y, aún así, no sabemos qué nos espera. Cuanto más lo pienso, más me extraño ¿No es demasiado arriesgado tener mi cura en un sitio tan abierto como un cementerio? No es que los cadáveres estén al aire libre, pero no es tan difícil exhumar uno.

—Tiene razón —interviene Ángel con seriedad— y algo que me preocupa es que si la cura realmente está en la tumba, debe estar totalmente protegida, pero ¿Cómo van a protegerlo en un lugar así? Si fuese un sitio privado, como el local de ''El aullido'' podrían llenarlo de soldados y de vigilantes, pero en un cementerio... llamaría demasiado la atención, aunque tampoco van a dejar algo tan importante sin vigilancia...

—Ah, son demasiadas cosas a tener en cuenta y no podemos avanzar o planear nada basándonos en meras suposiciones —masculla el vampiro con enfado, apoyando su mejilla en la palma de la mano derecha. —, no sé qué podemos hacer.

—Ir ahí y salir de dudas.

Ambos giran la cabeza hacia Gabriel completamente boquiabiertos.

—¿T-te refieres a ir sin... sin un plan? —pregunta Ángel tapándose la boca.

—Solo iríamos a investigar los alrededores, no directamente a la tumba, pero sí. No sabemos como actuar porque no sabemos qué nos espera, así que deberíamos averiguarlo antes de avanzar sobre cosas que no sabemos con seguridad. —después de aclararlo todo, Gabriel ve como los rostros de sus amigos empiezan a lucir menos escépticos; Ángel cierra su boca totalmente desencajada y sube los ojos hacia la derecha, pensativo, Román simplemente prensa los labios en una línea y se queda con la vista fija en la mesa, arrugando un poco la nariz.

—Debemos ser cuidadosos, por mucho que vayamos solo a hacer un reconocimiento de la zona ellos ya esperan que vayamos ahí y si nos ven nos atacarán ya sea si vamos a investigar o a profanar esa tumba directamente.

—Tiene razón, debemos planearlo un poco, aunque sea. — le apoya Ángel, el vampiro y él miran al pelinegro y este asiente totalmente convencido.

—Podríamos ir por la noche, de día es cuando posiblemente más confiados se crean que vamos a estar y habrán previsto que nos presentemos allí en plena mañana, además, la oscuridad de la noche nos ayudará a ocultarnos esa zona, el alumbrado público no es muy bueno ahí. Además... Ángel ¿Tú puedes controlar tu tamaño si te transformas?

El chico se sobresalta y con los labios temblorosos titubea antes de hablarle.

—Pe-pero no quiero matar a nadie... Lo siento, sé qu-

—No pasa nada, no necesito que te transformes para atacar a nadie, es solo para que rodees la zona. Es un sitio boscoso y si puedes controlar tu tamaño un poco podrías pasar desapercibido como un animal salvaje que haya por la zona, eso sería de gran ayuda. Tu rol sería ese, ver mucho en poco tiempo, no atacar ¿Estás bien con eso?

—S-sí, creo que puedo hacerlo. —responde más animado, ahora con una sonrisa.

—Bien, entonces tu misión es rodear el perímetro para buscar a quien quiera que sea que allá allí esperándonos. En cuanto a ti y a mí... —dice pensativo, mirando a Román. —Tú también eres sigiloso y como no estás vivo tu corazón no late y tampoco tienes olor, incluso si hay lobos serás indetectable en ese sentido, así que deberías ayudar a Ángel a buscar y para barrer mejor la zona deberías ir por separado. Tú puedes ir por tierra, como un animal normal —explica Ángel, después señala a Román. —tu posiciónate en algún lugar alto, como la copa de los árboles o puedes ir a lo alto de los edificios cercanos, tu vista es mucho más precisa que la de cualquiera de nosotros dos, así que desde muy alto e incluso a grandes distancias deberías poder ver perfectamente si hay alguien.

—Tiene razón —asiente Ángel sonando enérgico. —¿Y tú? Tú no puedes ver bien en la oscuridad, quizá es demasiado peligroso que vengas.

—Deberías quedarte aquí, sigues débil, nosotros nos recuperamos rápido, pero tú eres un simple humano.

Gabriel abre la boca y se lleva la mano al pecho, ofendido, después golpe la mesa y mira a Román con el rostro iracundo diciendo:

—¡No soy débil! ¡Mato a vampiros, soy peligroso para los de tu raza!

—Eres, como mucho, un desayuno completo para cualquiera de nosotros, así que sería peligroso que vinieses.

—Un desy... Te voy a arrancar los huevos y hacerme con ellos un desayuno completo como no dejes de decir idioteces. Voy y punto. —Román rueda los ojos, el mantiene los suyos firmemente clavados en los del vampiro.

—¿Y qué harás si vienes? —pregunta levantando una ceja y sonriendo al ver que el chico mueve los labios sin decir nada.

—Pues... pues... —se muerde el labio inferior, desvía la mirada un segundo, flaqueando, pero entonces siente que se le enciende una bombillita y, radiante, dice: —Haré de puente entre vosotros dos. Si tenéis que reuniros, en el momento en que lo hagáis no podréis vigilar nada y sería una oportunidad perfecta para los posibles soldados de Urobthos para atacaros o actuar mientras no los veis. Si yo me quedo ahí, escondido, podéis turnaros para informarme de la situación, así mientras uno viene a decirme si ha visto algo o no el otro sigue teniendo la zona controlada, además, de ese modo si algo sospechoso sucede puedo avisar a uno mientras el otro se queda controlado la situación.

—La verdad es que es una buena idea. —admite Ángel, alzando las manos en son de paz cuando, después, el vampiro le mira mostrándole los colmillos.

—¿Ahora estás de su lado? —pregunta en un gruñido.

—¿No estamos todos del mismo? —Ángel balbucea.

—¡No! —chilla Gabriel, llevándose las manos a la cabeza. —¡Él y yo somos enemigos naturales! ¿Cuántas veces te lo he dicho ya?

—¡Perdón! Es que como parecéis un matrimonio...

Sé que este cap es cortillo, pero esta semana actualizaré más pronto (intentaré que el viernes). Perdón la demora, es que tengo muchos exámenes y entregas últimamente y mi cerebro está BRRRRRRRRRRRRRRRRRRRR lnkfj Bueno, en fin ¿Os ha gustado el cap?

¿Qué pensáis que sucederá si van a la tumba?

Gracias por leer <3 Nos leemos en el próximo cap :D No olvidéis votas y seguirme y, si tenéis tiempo, comentar ^^