Alguien diferente

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Ruega por ella
Ruega por ella
Ruega por ella

Las palabras de Victor hicieron eco dentro de la cabeza de Jinsu. ¿Rogar por sangre? Acaso estaría loco.

Si ni siquiera en su peor momento lo había hecho, al menos no a un humano. Eso estaba contra toda la ética de ser vampiro. Ya era bastante con que se hiciera pasar por un humano para que además perdiera la poca esencia.

Jinsu quería reír pero en cambio transformó su rostro en una mueca de angustia y puso ojos llorosos.

-Por favor jefecito-

Vio la emoción empezar a formarse en el rostro de Victor, incluso el borde de sus labios comenzaba a alzarse, el tipo era un total sádico como mínimo, pero Jin sabía cómo lidiar con él.

-Por favor- dijo con más sentimientos- Lo necesito, realmente lo necesito…que te metas un palo por el culo y despiertes de tu burbuja de una buena vez- soltó con desprecio y un rostro que mostraba toda su furia.

Los ojos de Victor se abrieron ligeramente pero no había dudas de que estaba conmocionado. En toda su vida le habían hablado de aquella forma y menso con esas obscenas palabras. Y muchísimos más lejos que alguien lo mirara con aquella intensa mirada. Estaba tan impactado que apenas si se movió.

Jin bufó vencedor.

-Y para que lo sepas- llevó sus manos hacia adelante mostrando las uñas alargadas y puntiagudas, sin la soga que las mantenía amarradas. La había cortado, podía hacerlo desde el inicio pero quería ver a donde llegaba aquello. Se levantó con la gracia que le permitió su cuerpo agotado y débil- Prefiero morir antes de arrastrarme ante un humano. Y suerte con eso yo al menos me haré polvo, pero estoy seguro que tu alma no estará nada cómoda en el infierno-

Le sonrió coqueta y se despidió con un sensual movimiento de los dedos.

-Disfruta mientras puedas esclavo-

Y con la misma, dejando a un Victor en el mismo lugar de antes, como recapitulando todo lo que había ocurrido en el último minuto se dirigió a la puerta y salió lo antes que pudo. Solo por si acaso.

Afuera Luca le cortó el paso serio. Jin tuvo que alzar la cabeza.

-te recomiendo que entres, tu jefe sabía delicioso- se pasó la lengua por los labios fingiendo que había tenido un buen almuerzo y esto hizo palidecer al secretario que corrió hacia el interior.

Buen método para quitárselo del medio. Rápidamente se dirigió a la oficina, recogió sus cosas aunque si lo pensaba bien no era como si las fuera a necesitar mucho tiempo y salió pitando de la empresa.

De que la había cagado, mucho y muy profundo por así decirlo. Pero rebajarse ante un humano y más uno que era precisamente su esclavo. Primero muerto. Aunque el karma siempre florecía con uno, así que como Victor deseaba que le besaran los pies, pues entonces que lo hagan los fantasmas del infierno, porque él no.

Además vivir más de 200 años, era considerable, por lo menos para un vampiro joven.

Esa noche Victor casi no pudo dormir. Era la tercera ducha que se daba y para esa última estaba tan agotado que se dejó caer en el sofá delante del inmenso televisor de la sala con una copa de vino en la mano. Lo prendió pero pasó de un canal hacia otro sin mucho interés.

Lo sucedido en su oficina aun retumbaba en su cabeza. Pero lo que más le chocaba era que por primera vez, desde que había abierto los ojos en este mundo, alguien le había hablado de aquella forma. A él. Alguien que había nacido en cuna de oro y creído como alguien que casi pertenecía a la realeza

Esclavo por equivocación (vampiros)®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora