Satisfecho y saciado

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Satisfecho y saciado.

Eran las dos palabras para describir como se sentía Jinsu en aquel momento.

Y como no hacerlo si apenas podía ocultar la sonrisa que adornaba sus labios nada más abrir los ojos. No se podía quejar. Lo había pasado lo que venía después de bien, aun cuando no había podido durar más dado que a cierto esclavo se le había acabado el combustible.

Por esta vez lo dejaría pasar.

Giró su rostro mirando a su esclavo dormido boca abajo con el rostro casi oculto en la almohada. El pesado brazo de este estaba estirado y cruzaba por encima del cuerpo de Jinsu. Y no era para nada un peso desagradable.

Jinsu entrecerró los ojos con un brillo inusual y se puso de lado recostando su rostro sobre su mano. Llevó la otra hacia el rostro de Victor y corrió el cabello que se desparramaba por su frente. Con el pelo suelto y sin acomodar se veía mucho más joven de lo que era, y le daba un aire menos frío y prepotente.

-Vamos a tener que alimentarte bien hoy para que cargues pila y dures toda la noche porque sino serás una vergüenza de esclavo.

Aunque Victor estaba durmiendo gruñó con la garganta como si hubiera escuchado algo extraño y giró el rostro hacia el otro lado. Jinsu se burló para sentarse y acordarse de que ambos estaban completamente cochinos dado que después de hacer sus cosas se habían quedado dormidos y no se habían duchado.

-Ah, asco- sacó la lengua- tengo que entrenar a este maldito esclavo para que nos lave tras terminar el sexo, qué se piensa, que me puede follar el culo y dejarse así. Eso duele dentro después.

Miró fulminante a su esclavo y le palmeó la espalda con fuerza dejando una marca roja en el medio de esta, haciendo que el hombre se crispara y gruñera.

-Te lo mereces por puerco- Jinsu hizo un enorme puchero y se levantó de la cama, pero se había olvidado por un segundo de lo que había hecho durante la noche y sus rodillas fallaron.

Cayó de rodillas y chilló ante el estremecimiento de dolor que lo recorrió. Y a eso se le sumó que una almohada que le golpeó ahora a él la espalda.

-¿pero qué carajo?

-Eres muy escandaloso. Cállate- escuchó la voz ronca de Victor.

-Jódete- Jinsu agarró la almohada y se la lanzó de vuelta con el ceño fruncido. Y con trabajo logró levantarse e ir al baño tambaleante- ya verás, mañana el que no va a poder caminar vas a ser tú.

Perfecto, ahora su buen humor se había esfumado gracias al mismo que había hecho que este se desvaneciera antes. Pero no había nada que una buena ducha caliente no pudiera remediar. Aunque antes tenía que sacar el semen dentro de él, que dado como se había corrido Victor tan profundo dentro de él sería un problema.

Pero cuando pudo sacarlo el alivio fue inmediato, pero aún quedaba fluido dentro de él. Así que sin pensarlo abrió la regadera y dejó que el agua recorriera su piel sacando todo rastro de fluido seco. Un gemido de satisfacción salió de sus labios y corrió su cabeza hacia atrás. Eso era vida.

Y realmente no supo cuánto tiempo estuvo allí debajo pues se estaba quedando dormido parado de la relajación. Miró de reojo el jacuzzi en una esquina del baño y tuvo ganas de probarlo, pero no sabía de todas las cosas que estaban al lado las que había que poner. Maldito momento en que no estaba su esclavo para que se hiciera cargo.

-No soy tu esclavo- escuchó una voz familiar entrar a la ducha y se sobresaltó dándose cuenta que había hablado en voz alta.

-Victor, es mi turno en el baño- le dijo Jinsu con un puchero cuando el humano ocupó el lugar debajo de la regadera.

Este lo miró de reojo e ignoró la pataleta que estaba haciendo el vampiro agarrando el champú y comenzando a lavar su cabello. El puchero de Jinsu se hizo más grande.

-Me ignoras completamente- gruñó en voz baja dándole la espalda, pero fue audible para Victor que aún con una mano llena de espuma la bajó y palmeó con fuerza la nalga de este.

Jinsu se sobresaltó y se giró sobando la parte de su cuerpo que palpitaba en ese momento.

-Si te ignorara se me hubiera olvidado que me golpeaste la espalda hace un rato atrás

Jinsu dejó salir un jadeó.

-Te lo merecías por cochino que ni siquiera nos lavó.

Victor lo escuchaba enjuagando la espuma de su cabello. Jinsu movió su pie incómodo, aunque tenía que reconocer que los músculos del torso, espalda y brazos de su esclavo cuando se lavaba la cabeza se veían realmente... se golpeó mentalmente, no era eso de lo que estaban hablando, pero cuando iba seguir protestando Victor le agarró la mano y le puso la ducha manual en su palma.

-En vez de estar protestando termina de limpiarte esas cochinadas que dices que tienes- y tras esto Victor siguió con el baño esta vez usando el gel.

Jinsu apretó los labios, pero no dijo más nada y siguió con su ducha, aunque terminó primero que Victor y antes de salir lo llamó, y este al mirar le salpicó el rostro con el agua de la regadera de mano.

La expresión de Victor fue todo un poema, pero Jinsu no tuvo tiempo de apreciar pues tuvo que salir corriendo en caso que quisiese vengarse de él. Y sabía que el humano... podía ser bien creativo.

Solo no se esperó que al salir mojando el suelo y apenas cubriéndose con la toalla que había alcanzado a agarrar encontraría a alguien sentado en la cama con las piernas cruzadas.

-AAAAHHHH- un grito de susto salió de sus labios.

Y fue como una alarma porque detrás de él salió Victor aún sin vestirse y empapado a ver la razón por la que había gritado.

-¿Qué demonios?... miró a Jinsu y después al nuevo visitante.

-ustedes si saben cómo aprovechar la luna de miel- Eugene sonrió tomando un sorbo de té de la taza que tenía en su mano. Estaba vestido con un llamativo short verde fosforescente, una camisa de estampados de flores y palmas con colores vivos, unos lentes colgados en esta y un sombrero.

Victor se cubrió el rostro con la mano y soltó un suspiro.

-Cómo carajos entraste, cerré la puerta porque quería un poco de tranquilidad.

Eugene alzó una ceja.

-No creo que tengas mucha tranquilidad con la cosita linda que tienes a tu lado- sonrió pícaramente y un estremecimiento recorrió a Jinsu que se escondió detrás de Victor.

-Mi culo es de él, así que no me mires así- soltó y eso hizo un silencio incómodo en la habitación.

Un sonrojo recorrió todo el rostro de Jinsu y miró hacia arriba donde se encontró con la mirada de Victor. Se recompuso rápido.

-No te hagas ilusiones que solo lo dije por decir ¿entendido?

Victor simplemente pestañeó dos veces y puso esa expresión que le decía ¿en serio?

Una carcajada rompió la atmósfera.

-Ves, es una cosita linda- Eugene se aguantaba la barriga de la risa- Estoy seguro que en mi cuarto roj...

Victor gruñó ante sus palabras interrumpiéndolo y se giró agarrando de la cintura a Jinsu y poniéndolo sobre su hombro llevándolo nuevamente al interior del baño. Este no protestó.

Eugene se volvió a reír.

-Ay esos dos como se quieren- miró de reojo el desastre en la cama- y por lo visto pasaron una buena noche- sonrió de lado- Ahora es momento de comenzar a mejorar las cosas con ese niño y su pasado.

Tomó un sorbo de té y se levantó de la cama.

-Victor, rataaaaa, apúrate y mueve tu trasero con Jin que vamos a la playa. Y nada de negarte que no es por ti.

-Los vampiros acaso no se sofríen con el sol. Lo escuchó gritar desde adentro.

-Tomó tu sangre y un buen protector solar soluciona hasta la muerte, así que nada de quejas y diciendo esto salió de la habitación.

Esclavo por equivocación (vampiros)®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora