La mejor droga

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A diferencia de ciertos vampiros que habían comido muy bien durante toda la noche, los humanos necesitaban hacerlo varias veces al día, por lo que ahora estaban sentados en el restaurante bufé del hotel dado que hacía camino a la playa. Solo que uno de los vampiros estaba de mal humor por la demora de los esclavos y otro apretaba su short debajo de la mesa debido a las personas que entraban y salían. Aun cuando habían escogido una mesa pegada a la esquina, alejada de todo y junto a la ventana... a Jinsu no le gustaban las multitudes para nada... bueno, menos en la discoteca, por alguna extraña razón solía perder su fobia apenas entraba por la puerta.

-ya están volviendo ese par de ineptos que se demoran para todo- decía Eugene con un enorme puchero en la boca- yo que quería ir temprano a la playa, pero no, había que pasar por aquí primero.

Jin ni siquiera dijo nada. Con Eugene había que tener pocas y muy buenas. Se notaba que era un vampiro al que no se le podía ni jalar el pelo. Además, sentía alivio viendo como Victor se acercaba con un plato de comida grande en una mano y uno más pequeño en la otra. Por lo visto su esclavo estaba dispuesto a recargar combustible. Y que lo hiciera, dentro de poco lo drenaría de nuevo.

Al llegar Victor se sentó pero no lo hizo Luca que se giró y le hizo señas al mesero para que trajera el café. Tras esto ocupó su lugar.

Para sorpresa de Jinsu el pequeño plato fue puesto delante de él. Tenía cereal de chocolate en forma de hojuela muy grande, y al lado tiras tostadas de pan. Las dos cosas muy crujientes. Los ojos se le iluminaron.

Vaya, eso lo había desubicado, había pensado en él a este nivel de detalle.

Los vampiros no solían comer comida humana pero la crujiente para Jinsu era un pecado no consumirla, crujía rico en la boca. Pero más importante.

¿Qué bicho le había picado el culo a Victor?

O muy bien lo había pasado ayer para hoy estar como realmente un dulce panquecito.

Que importaba, había que disfrutar el momento que pocas veces Victor era así de atento. Por lo que se le agarró el brazo para inclinarlo hacia él y darle un beso en la mejilla, tan sonoro que el dependiente que había llegado y les servía el café giró el rostro y se les quedó mirando con los ojos muy abiertos.

-Se te bota- le dijo Eugene al mesero que rápidamente se dio cuenta que había perdido el enfoque.

-Lo siento- por casi nada se le botaba el contenido de la taza.

Eugene bufó. Mientras Jinsu había separado la boca de la mejilla de Victor tras el llamativo beso que hasta una marca le había dejado al hombre tieso como una estaca. Lo cual no le importó al vampiro que dejó de lado a su esclavo y comenzó a comer.

-Ah, esto es vida- dio el primer mordisco a una tira crujiente- No como el sexo, pero le sigue en segundo lugar.

-Se te bota- y otra vez Eugene tuvo que recalcarle el hecho al mesero que al parecer no estaba tan acostumbrado a este tipo de eventos.

-Lo siento, lo siento- y tras terminar de servir el café casi salió corriendo del lugar.

-Huye como pollito en fuga- se reía Eugene recargado a Luca que comía el contenido de su planto que doblaba el de Victor- y tú, come de una vez para acabar de irnos. Quiero darme un chapuzón y probar cosas buenas con mi Luca en la playa- le dijo al último.

Victor alzó una ceja.

-Si vas a follártelo te vas a metros de mí. No quiero verlos a los dos. Asqueroso

Eugene chasqueó la lengua.

-Apático, le quitas la adrenalina y lo emocionante a la vida. Además, si fuera por el vampiro a tu lado seguro follarían aquí arriba de la mesa.

Ante esto Jinsu casi se atoró con el bocado en su boca y le quitó la taza de café de la mano a Victor para bajarla toda de un trago. Solo después de esto pudo tomar aire.

-Oye, espera, espera- tosió y prosiguió con la voz un poco ronca- A mí me gusta el sexo, pero no soy ni pervertido ni exhibicionista. Lo más así que he hecho es en la oficina de este- señaló con el pulgar a Victor.

-¿Este?- Victor lo miró con el ceño fruncido pero Jin apenas si se inmutó, estaba más centrado en Eugene que alzó los hombros con desinterés.

-Lo que tú digas, cariño- se rio- solo tiempo al tiempo- y el brillo de sus ojos erizó a la pareja frente a él.

***

-LA PLAAAAAYYYYYYAAAAAAA- Eugene abrió los brazos al cielo y casi parecía que saldría corriendo en dirección al mar de cabeza.

Jinsu que iba caminando al lado de Victor agarraba el borde de su camisa entre sus dedos, hizo una mueca en su rostro.

-Yo creo que él es el único vampiro que le gusta los rayos del sol y la playa.

-Eugene es un bicho raro- Victor se apretó el entrecejo- No le hagas caso- miró a Jinsu de forma seria- no te dejes influenciar por él.

Jinsu alzó el borde del labio.

-Vaya, ¿te asustaste?

Victor no respondió y siguió caminando. Mientras Jinsu notó que mientras el grupo avanzaba hasta las sombrillas y tumbonas del área Vip las pocas mujeres que estaban por la zona giraban su rostro enfocando a Victor.

Y como no hacerlo.

El maldito se había puesto un short de baño negro algo ajustado un poco más arriba de la mitad de sus duros muslos que dejaba poco a la imaginación porque eso que estaba allí adentro pues no era fácil de ocultar, y arriba una camisa de mangas cortas color crema completamente abierta al frente dejando en evidencia su cuerpo trabajado.

Jinsu hizo un enorme puchero y al parecer a ese grupo de perras en celo tendría que demostrarles que ese hueso, estaba lamido, masticado y chupado lo suficiente para que ni pudieran pensar en él.

Por lo que soltó la camisa de Victor para rodear por detrás la cintura de este pegándose a él de forma muy íntima y coqueta. No era tan cómodo caminar, pero los minutos así lo valían.

-¿Qué haces?- le dijo Victor con la voz ronca.

-Yo solo marcando terreno Panquecito, tú solo mira el mar, arena y espuma que del resto me encargo yo- Jinsu sonrió sobre todo victorioso tras darse cuenta que las chicas parecían desilusionadas y que de paso su esclavo no lo apartaba de su lado.

Como recompensa bajó su mano y apretó una de sus nalgas haciendo que este se crispara y le gruñera. Pero como había confirmado Jinsu, el sexo era la mejor droga para este hombre. Estaba mansito, mansito y eso le gustaba.

Esclavo por equivocación (vampiros)®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora