Hacerle caso al jefecito

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Jin ajustaba la corbata de su nuevo traje en el probador cuando recibió una fuerte y sonora nalgada que le hizo soltar un chillido de susto y girarse.

-¿Pero qué mierda haces?- casi le grito corriéndose, como si hubiera sido electrificado, del mismo hombre que le había llevado la ropa y que tenía una sonrisa pícara en su rostro.

-Que buen trasero tienes, a cuantos te tiras para tenerlo tan grande- mostraba interés con un brillo inusual en sus ojos-

-Me tiro hasta al burro- le espetó Jinsu molesto por su indecencia y pasó por su lado para irse pero fue agarrado del brazo.

-Nada de irse que todavía no terminamos- el hombre tiró de él y lo sentó en una silla delante del espejo- Vamos a hacer algo con ese cabello y los lentes.

Jinsu hizo el intento de levantarse para quedar sentado otra vez.

-Con mis gafas no te metas, se quedan en su lugar- gruñó el vampiro demasiado obstinado para tanto jaleo, tan temprano en la mañana. A esa hora su cerebro siempre estaba en estado de reposo, a menos que su pareja de cama en ese momento no quisiera cooperar por lo que su mal humor estaba rayando en el límite.

Casi diez minutos después, su cabello, por arte de magia, había sido domado hacia atrás, en un peinado elegante. Aunque al final podía divisar los diversos ganchos que lo mantenían en su lugar y también había mucho, mucho, pero mucho gel.

-Ufff, terminé- el hombre soltó a su lado el peine con que lo había torturado- Ahora vamos a ver a Victory, estoy seguro de que serás de su gusto- le guiñó el ojo.

-Ni que fuera gay- Jinsu hizo una mueca, frunciendo a sus labios.

-Nunca se sabe-

El hombre le pasó el brazo por encima de los hombros y le dio una última revisión. Parecía inconforme.

-Eres lindo, al menos lo que veo de tu rostro. Eres pálido, delgado, tienes buen cuerpo, tu voz es bonita ¿estás soltero?- le sonrió.

Jinsu suspiró.

-Y sin compromiso, pero nada interesado en el tema- se desenrolló de su brazo y caminó hacia la parte delantera de la tienda. Si otros tenían tiempo para perderlo, él no. Necesitaba terminar el proyecto para poder ganarse su sueldo. Sabía que ese mes se quedaría corto- Ya estoy listo-

Victor bajó la revista en sus manos, sin muchas ganas y sus dos orbes azules se quedaron fijos en el joven delante de él y lo repasaron de arriba abajo. Su mirada fue tan intensa que Jin retrocedió un paso inconscientemente y se revisó él también por si algo en él estaba mal.

-¿Ocurre algo? ¿Me veo tan feo en traje?- pestañeó algo confundido y nervioso. Ese tipo lo ponía ansioso y no sabía por qué. Quizás porque era el tipo de personas que solía evitar. La palabra problemas estaba tatuada en su frente.

-Nada- Victor apartó sus orbes y se levantó- Solo me pareciste familiar-

Si como no. Claro que le iba a resultar familiar. Trabajaba en su empresa. Jinsu apretó los labios. Era un gesto que acostumbraba a hacer y estos sufrían siempre las consecuencias cuarteándose.

-¿Victory, ya te vas?- el dueño de la tienda salió de forma trágica. El nombrado ya estaba dándole la espalda en dirección a la puerta- Tacaño, nunca me prestas atención- protestó para después guiñarle el ojo a Jin.

El vampiro se estremeció y fue detrás de su jefe. Afuera Luca ya estaba parado delante del auto y también posó su mirada sobre Jin, aunque no fue tan intensa como el Presidente. Simplemente este no sintió nada esta vez.

Esclavo por equivocación (vampiros)®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora