Me subí a la espalda de mi pololo, tomándolo por sorpresa, grave error. Nos sacamos la chucha.
Empezamos a reírnos como los weones que somos y se paró del suelo, se limpio el pantalón, la polera que más encima es blanca. Ya si no quedo tan sucia tampoco. Me extendió su mano y la tomé gustosa po, me levanto del suelo y me acerco a él, pasó sus manos por mi cadera y yo por encima de su cuello.
—¿Por que siempre terminas botándome?—se rio y acercó sus labios a los míos, pero no los junto, solo los dejo ahí
—Soy muy bruta aveces —hice un puchero involuntariamente y se rió.
—Me encantas así —me mordió el labio.
—¡Yaya tortolitos, vengan a formarse! —gritó el profe de educación física y rodé los ojos.
Profe, no interrumpa po.
—Ya vamos, floja —me tomó de la mano y corrimos hacia la fila.
Me gané en la fila de las mujeres, específicamente al lado de mis dos mejores amiga, la Ivannia y la Jesús.
—Demasiado amor para mis ojos —dijo la Jesús con cara de asco.
—No decías lo mismo cuando te estabas comiendo con el Santiago —susurré.
—¡Callate! —me empujó despacio y con la Ivannia nos reímos.
La clase empezó. Ando pajera hoy, bueno siempre, pero hoy más que siempre, necesito dormir o un año de vacaciones.
Yo sabía que no tenia que amanecerme, pero la weona se quedo despierta porque pensó que así iba a levantarse y estar lista antes.
Y he aquí, la weona que se puede quedar dormida incluso si está parada.
✨
—¿Me estás escuchando? —me preguntó mi pololo, el Borja.
—No, perdón es que me estaba quedando dormida —me senté bien en mi puesto y lo miré.
Lo mejor de esta clase es que la profe siempre llega tarde o no llega y eso me daría tiempo para dormir, pero hay un obstáculo y se llama; Borja.
—Buta tendré que empezar otra vez —bufó —Te decía que después de clases podríamos ir a mi casa.
Asentí y volví a cerrar los ojos.
—Mejor te dejo dormir —dijo un poco molesto y se paró de la silla.
Puta oh, la cagué.
—Borja.. —lo llamé pero no me pesco.
Es fome que estes contándole algo a una persona y que no te esté tomando atención, se debió sentir mal, el Borja es muy sensible.
Me paré y caminé hacia el círculo culiao donde están jugando uno, me senté atrás del Borja y me apegué a su espalda para abrazarlo, pero no hizo ni dijo nada.
Lo solté, pero me agarro una mano y volvió a dejarla donde la tenía antes, no lo mal piensen, es en el abdomen.
—No dejes de abrazarme —podría jurar que esta haciendo un puchero en este momento.
—¿Qué me estabas diciendo? —apegué mi cara en su espalda.
—Nada importante —se tiró para atrás y dejó su cabeza en mi pecho, pude ver las cartas que tiene, puras weas—¿Me quieres aún?
ESTÁS LEYENDO
Oiga vecino#1 |𝘁𝗲𝗿𝗺𝗶𝗻𝗮𝗱𝗮|
Teen FictionLa vida de la Celeste se desmorona poco a poco a causa de las mentiras que la rodean, pero él está ahí, y aunque la Celeste solo piense que su vecino es un aweonao, puede que no lo es del todo