Había llegado a un pequeño bar, este se encontraba casi en el centro de la ciudad, no tan lejos de la carretera que tomaría para salir de ésta, me había estacionado para beber algo y poder relajarme.
Había roto mi relación hacía un par de meses y aún me sentía agobiado por eso, sentía que ninguna mujer podría llegarme a valorar como he querido, como lo he deseado, que me ame más de lo que yo la amaría, pero eso nunca iba a suceder, di un gran suspiro antes de salir de mi auto, agaché un poco mi cabeza, caminé hacia este bar, se escuchaba la música me aturdía un poco pero solo necesitaba un trago.Llegué hacia la barra, el barman me atendió, tenía los brazos cruzados y puestos en esta.
Entre toda la música pude escuchar una risa tan preciosa que me hizo voltear con interés, quería saber de dónde provenía, levanté un poco más mi mirada, en ese momento el barman me había puesto el trago que había pedido sobre la barra lo miré por un momento para agradecerle, este se retiró.Volvía escuchar esa risa de nuevo, no era tan fuerte pero se podía escuchar un poco, mi interés aumentaba más y pude ver no tan lejos en una mesa varias chicas, conversaban entre ellas, pero una me despertó mi atención era la misma chica que había escuchado reír, su pelo era totalmente negro y ondulado algunos mechones de su pelo se dejaban caer por sus hombros, de lejos se podía distinguir el vestido que llevaba era ajustado con pliegues y tirantes finos, el color del vestido quedaba perfectamente con su tono de piel medio, y sus labios gruesos eran tan perfectos.
Minutos después se dieron cuenta que las observaba, ellas tenían una mirada coqueta, se miraban como queriendo conseguir algo o querer hacer algo, me sentí un poco nervioso y apenado así que solo me voltee hacia la barra tomándome el segundo trago que me habían dejado.
Me tensé un poco de los hombros y brazos cuando noté la presencia de alguna de las chica que miraba durante hace un rato, si fue suerte me sentía agradecido por verla enfrente de mí, me paré, y la saludé con una gran sonrisa, ella me respondió de la misma forma y con el mismo gesto.
- Me presento, soy Chris - Le tendí la mano, esperaba a que ella también lo hiciera.
- Hola, Chris, me llamo _____ un gusto - Ella respondió y me tomó la mano, su mano era tan suave que no quería dejarla de tomar.- Lo siento por lo de hace rato, no quería incomodarlas -.
- Nono, no nos incomodó, también nos llamaste la atención, más a mí - Ella se acercaba a mí y yo más nervioso no podía estar, no voy a negar que me sentía feliz que le atrajera, aclaré un poco mi garganta.- ¿Quieres un trago? - Dije dándole mi asiento.
- ¿Por qué no? - Ambos sonreímos, ella dejó su bolso sobre sus piernas que por cierto ese vestido no le cubría tanto, dejaba ver gran parte de ellas, se miraba tan hermosa de pies a cabeza, se cruzaba de piernas el tacón de ella rozaba suavemente con la mía.- ¿Hay algún motivo por el cual viniste aquí? Perdona por mi pregunta, he venido frecuente y no te había visto - Apoyó sus manos sobre la barra, ella me miraba muy atenta, yo terminaba de pedirle las bebidas al barman.
- Venía solo por un trago, me quería relajar por un momento así que decidí venir y creo que la suerte está de mi lado porque me permitió conocer a la mujer más hermosa del mundo - Ella tomaba de mi camisa, se acercaba más a mí.
- Y a mí al hombre más guapo que he conocido en mi vida - Me susurraba en la oreja, jalaba de mi camisa, sentí una pequeña mordida en el lóbulo de ésta, había sentido un cosquilleo por todo mi cuerpo.
- ¿No quieres ir a otra parte? - Le dije, ella se mordió el labio e hizo un puchero.
- ¿No te gusta aquí? - Ella preguntó alejándose un poco.
- Me encanta y más porque estás tú aquí - Acaricié su piel con mis dedos, ella simplemente sonrío.
- Entonces quédate aquí conmigo y después nos podríamos ir a otra parte - Ella se acercó hacia mi rostro rozando sus labios con los míos, pensaba que me daría un beso y yo trataba de acercarme más pero ella solo volteo un poco su rostro, cerré los ojos deseando aquel beso.- ¿Te gusta jugar? - La miré, ella tomaba de su bebida.
- Sí, un poco, ¿Por qué? ¿Te molesta? - Ella tomó mi mano mientras la acariciaba.
- No, para nada, me encanta - La miraba con algo de recelo, pero no me importaba nada, era un ángel caído del cielo, me fascinaba.Ella se paró del asiento, se puso enfrente de mí y tomó mi mano, nos dirigíamos con las demás personas que estaban bailando, ella empezaba a moverse, tocaba mis brazos, empezaba a mover sus caderas, dirigió mis manos hacia su cuerpo, se movía tan sensual, se veía tan atractiva, ambos bailábamos, nos divertíamos, no tenía noción del tiempo.
- Si quieres nos podemos ir a otra parte - Ella respondió, mordiendo de nuevo su labio, se acercó hacia a mí llevando sus manos a mi nuca.
- Está bien, te llevaré a un lugar que te encantará - Saqué rápido mi billetera y tomé algunos billetes dejándolos sobre la barra.Estábamos en mi auto, mis maletas estaban atrás de nuestros asientos, conducía mientras platicaba con la chica que me fascinaba, la razón de no irme como lo tenía planeado.
- ¿A dónde me vas a llevar? - Ella preguntó, jugaba con algunos de sus anillos, los tenía de accesorios.
- Ya casi llegamos - Había manejado un poco más de diez minutos, iba muy rápido, cuando llegamos tuvimos que tomar un camino más corto para poder subir, habían demasiados árboles a nuestro alrededor, ayudé a _____ para que subiera conmigo y poder ver una gran vista, ésta dejaba ver casi toda la ciudad, se dejaban ver los grandes edificios con sus luces.- Es ¡precioso! Me encanta - Dijo tomándome de las manos, ella se sentía tan feliz, sus ojos me lo decían.
- Lo suponía, me alegro tanto que te guste - Sentía sus manos que me envolvían y yo hacía lo mismo con ella, teníamos una vista espectacular, ella me miraba desde abajo y yo volteaba a verla, sus ojos me decían otra cosa, tenía una enorme sonrisa en su rostro; ella tomando la iniciativa me besó, sentía sus manos pasar por mis hombros hasta llegar a la nuca, los besos se hacían más intensos, parecíamos que nunca nos íbamos a despegar, tocaba mi cabello y sentía como me apegaba hacia ella, como sino quisiera que me fuera.Se despegó un poco de mí, llevó sus manos hacia los botones de mi camisa me lo empezaba a desabrochar, al igual que el pantalón, me acerqué de nuevo a ella para besarla, mis manos se dirigían a su vestido, empecé a quitarle los tirantes ella me ayudaba a bajarse el vestido, la ropa caía al suelo, nos recostamos sobre esta, estaba casi desnuda, tenía un precioso cuerpo que juraría verlo todos los días de mi vida durante horas y no me cansaría de mirarlo y tampoco de tocarlo.
Estaba acostado la tenía arriba de mí, sus besos invadían mi cuerpo, mi abdomen, desde abajo hasta el cuello, sus besos eran lo mejor, me relajaban, me encantaba demasiado.
Mis manos la tocaban, desde sus pechos hasta las piernas llegando hacia su trasero para apretarlo con ambas manos, ella solo sonreía coqueta.
Ella no tardó en quitar su lencería, una hermosa lencería color negro, ella se acercaba a mí para morder mi labio para besarme sentía su lengua y como estas bailaban entre sí mis manos navegaban por su espalda hice un movimiento con mi cadera ella sabía a lo que me refería.Escuché su risa, ella bajaba mi ropa interior, me estremecí cuando sentí sus manos en mi paquete ella se sentó sobre él mientras lo metía a su parte ambos, dimos un ligero jadeo, empezamos hacerlo en medio de la nada, a lo lejos se veía toda la ciudad y nosotros disfrutábamos el momento, sin darme cuenta esa mujer me estaba enamorando.
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Chris Evans - One Shots
Teen FictionSumérgete en estas pequeñas historias que te ayudarán a imaginar una vida maravillosa con el hombre perfecto.