Capitulo 6: Detención

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Era viernes, el último día de la semana para el colegio, ya que tenía libre sábado y domingo. La hora de desayunar era la de siempre, a las seis de la mañana en punto. La típica hora para mantenernos despiertas y listas para un largo día.

Estaba haciendo la fila para comer junto con Ximena y Victoria. Al tomar la bandeja, me detuvo una mano pequeña, suponía que de una fémina.

Di media vuelta para ver a la persona que había tocado mi hombro.

—¿Te ayudo en algo?—la miré confundida con una ceja en alto.

¿Por qué me buscaba?. Me explico para poner las cosas más claras: la chica era una de las 400 que fueron al entrenamiento del equipo oficial del instituto. ¿Qué quería si ya había dejado una vez claro que no quería estar en mi estúpido equipo?

—Lo de tú equipo—respondió mostrándome el folleto azul marino, el que habíamos entregado las chicas y yo por todo el campus.

—¿Si?—arquee una ceja con los ojos brillando de alegría. Una ilusión palpitando en mi corazón apareció. Al mismo tiempo el miedo de  una amenaza.

—Quiero entrar—sonrió para doblar y volver a guardar el folleto en el bolsillo de sus pantalones—Pero una pregunta...—hizo una pausa—¿Cuándo es el entrenamiento?—preguntó nerviosa.

Está bien. Ella no era muy buena en el deporte, pero era la única que se ofrecía a entrar a nuestro equipo, de no más de tres personas por el momento (eso espero, "por el momento").

—Estás dentro—ofrecí una sonrisa forzada—No necesitas ir a entrenar porque oficialmente estas en el equipo—suspiré.

—Que bueno—dijo dando algunos pequeños saltos—¿Cuantas más faltan?—añadió.

—Muchas...—suspiré rodando los ojos—Somos apenas cuatro integrantes, contigo y mis dos amigas—señalé a las chicas y ellas nos sonrieron—obviamente incluyéndome—dije encorvada.

—Le comentaré a mis amigas del club de arte, les diré que pasen el rumor—dijo sonriendo inocentemente con mucha amabilidad.

—Gracias—sonreí sin mostrar los dientes.

Me fui encima de ella para abrazarla con fuerza, dudó en devolver el abrazo pero forzadamente lo hizo.

—Me quedo sin aire—soltó ente dientes.

Algo me decía que no le gustaban los abrazos pero en aquel momento de felicidad no le di importancia.

—Claro—dije separando mi cuerpo y golpeando suave su brazo—Te veo luego, me avisas—me despedí con mi mano, mientras ella corría hacia la salida del comedor.

Al sentarnos en la mesa, decidí abrir la boca para soltar la gran sorpresa.

—Una chica más está en el equipo—anuncié—Va a decirle a sus amigas...yo le diré a las chicas que me he topado por el campus y pasaron a ser mis "amigas"—me quedé sin aire, por la emoción del momento y lo rápido que había hablado y comencé a hacerme viento con mi mano.

—Oye, entonces vamos ya—dijo Victoria levantándose para después jalar mi brazo.

—Pero mi desayuno—tomé mis tostadas para darles un gran mordisco dejando lo que quedaba de ella.

Fui al campus, dándole toda una vuelta para ver sí encontraba a la chica del árbol, y la de la piscina o simplemente a personas solitarias que se unirían a cualquier cosa que una ofreciera porque son tan solitarias que aceptarán con tal de hacer amigos.

El internado #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora