Adriana narra:
Iba caminando a mi habitación y me vino a la mente:
"Anda a visitar a Emily hace tiempo que no la vez" . Buena idea subconsciente.
Comencé a caminar hacia la habitación de Emily. Toqué la puerta una vez y Emily abrió de una vez, como si me estuviera esperando.
—Holap—dije con una sonrisa.
—¿Qué?—preguntó como respuesta.
¿Qué le sucede?
—Sólo venía a...—me interrumpió Emily.
—¿Quién dice que te ocupo aquí?—preguntó cruzándose de brazos con una pose de chica ruda.
—¿Pero que te sucede, andas en tus días o qué?—pregunté con una risa sarcastica.
—Chaito1ªdijo cerrando la puerta en mi cara. Literal, me golpeó la nariz.
—Mierda—me quejé dando saltitos con mi mano tapando mi nariz.
Ahora no interesa mi nariz, sino, que le sucede a la chica tranquila llamada Emily que hoy andaba muy chica mal.
Comencé a caminar a mi habitación algo pensativa. ¿Qué sucedió con Emily?. Ella me adora, bueno no tanto pero me quiere como nunca.
Entré a la habitación y me tocaba afrontar otro problemas, Ximena y Victoria peleando.
—Eres una rara—reclamó Victoria.
—Tú eres una fresa—se defendió Ximena.
—Tú puto gato hizo sus mierdas en mi territorio—dijo Victoria estresada.
La pregunta en este momento para mi es: ¿Ayudo o voy por mi camino hacia mi cama a verlas matarse como en Los Juegos del Hambre?.
—Tranquilas, hagan que no estoy aquí—dije sentándome en la cama con una bolsa de papas.
Mi entretenimiento gratuito y en vivo es este, gracias mundo. Se me olvidó completamente lo sucedido con Emily.
•••
Miércoles:
Era miércoles, el día en el que las chicas y yo iríamos a la tienda o más bien tiendas para comprar nuestros vestidos del baile. Lo complicado es Emily, había quedado en ir con nosotras pero no me habla hace días desde que me lastimó la nariz. Que por cierto ando con una bendita en la misma por el incidente.
—Vámonos, no queremos tráfico—exigió Victoria subiéndose al auto en el lado del conductor.
—Ya va—dije subiéndome en el asiento del copiloto.
Ximena se sentó en la parte trasera en el medio para hablar en el camino. Íbamos hablando de nuestras expectativas de el vestido, tantas dudas y debates de "que le queda mejor a quién" y como siempre las dos anormales llamadas mis amigas, pelearon por un vestido que vieron al mismo tiempo.
—Digan un número y si es el que pienso se lo queda la que adivine—dije sentada en uno de los sofás enfrente de los probadores.
—Bueno—respondieron al unísono.
Y en eso comienzan las matemáticas, o sea, muchos números al azar.
—15.
—19.
—20.
—11.
—0.
—9000.
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El internado #1
HumorNota: Se están editando faltas de ortografía y cualquier error en la historia. Una típica chica...al menos eso hace aparentar pero ella es un peligro. -¿Otro colegio? -dije dejando los ojos en blanco. -Sí "otro colegio" -suspiro- Te expulsaron de la...