–¡Hay que celebrar!–Alex gritó eufórico apenas salimos del juzgado.
–Calma, Alex–le dije.
–Oh, linda amiga mía–el pelinegro se me acercó y me abrazó–Estoy tan feliz por ti.
Me solté de su abrazo y reí. Abigahil también di un paso a mi y nos abrazamos.
–Ahora seguirás tu soportandolo.
Aedus pasó por mi lado y caminó hasta su padre. Alex puso su mano ofendido y todos reímos. Me hacía bien reír, empezaba a sentir como algo dentro de mi empezaba a sanar y aunque sabía que tomaría tiempo, iría con calma pero tomaría más seguridad de mí y de los que están a mi lado.
–Lía, ¿Puedes venir un momento?
–Ya regreso–hablé dirigiendome a mis dos amigos.
–Lía, quería contarte que yo llegué antes de lo acordado aquí–Adam me miró y después a su hijo.
–Si, algo me dijo Alex.
–Perfecto. Fue porque gracias a Abraham y los policías que venían siguiendo los pasos de Azael y sus socios logramos conseguir más pruebas y por eso se hizo dos casos en uno solo.
–Ahora él pagará por todo lo que hizo.
Adam asintió.
–Aunque me da pesar no ver a Azael pudrirse en la cárcel–Aedus habló mientras miraba a otro lado–Por cuero, Lía. Quiero hablarte de algo.
–Yo los dejo, el trabajo nunca para. Lía me alegra haberte conocido y ayudado.
–El gusto es mío y gracias por todo.
Cuando Adam se fue, Aedus me abrazó por los hombros y se rascó la barbilla.
–Lía, bonita–la palabra me sorprendió–Lo siento, sé que no...
–Está bien, estoy entendiendo que es cariño cuando ustedes me dicen así.
–Lo que te quería preguntar es que sí te gustaría ir a sesiones con mi madre. Ella es psicóloga.
La idea de Aedus no me parecía nada mal, tal vez si le contaba a alguien de mis alucinaciones con Natasha podría ayudarme a que no vuelva a pasar y sanar todas las heridas que tengo abiertas.
–Creo que sería buena idea, me haría bien hablar con alguien de todo esto.
–Perfecto, te pasaré el número de ella–le di mi teléfono a Aedus y éste anotó el número–Ahora debo ir a trabajar, nos vemos luego.
Y sin tiempo de reaccionar, Aedus besa mi mejilla y se va mientras yo quedo quieta en el mismo lugar, mi corazón se emociona y empieza a moverse haciéndose más notorio.
–Wow, ¿Qué a sido eso?–Alex pregunta sin dejar de mirar a Aedus quien se monta en su motocicleta y se marcha.
–No sé–respondo.
–Oh, oh–Abi entre cierra los ojos mientras me mira.
–¿Qué?–pregunto.
–Que te a dado un beso, amiga. La verdad es que él es muy guapo.
–Si lo es, pero creo que ese beso no significó nada.
–Ay, pequeña Lía. Tú siempre con lo malo.
Abi y yo reímos al tiempo mientras empezábamos a caminar. Cuando llegamos a una heladería, ordenamos helados con muchos dulces encima y mientras comíamos, hablamos.
–Yo sigo pensando en ese beso, amigos–Abi siguió con el tema.
–No seas loca, Abi. Solo es un beso de amistad–respondí.
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Sálvame
Teen FictionEl futuro que le espera a Lía no será nada fácil, ella intentará proteger a su hermana y no dejará que la renten a aquel lugar al que su madrastra la obligará a ir tomando el puesto de su hermanita. Lía buscará la forma de escapar llevando con ella...