ᴛʜᴇ ꜰᴀᴋᴇ ʟᴏᴠᴇ 𝐨𝐟 𝐚 𝐛𝐚𝐝 𝐛𝐨𝐲 || ᴊᴋ ©

𝟙𝟜.

— JungKook... — dije nerviosa.

Sentía que su mano se acercaba hasta llegar a mi zona íntima.

— Te he dicho qu... ¡AH! — gemí al sentir sus dedos deslizarse sobre mis bragas.

— ¿Me has dicho qué? — divertido.

Apreté mis ojos tratando de contenerme, era inevitable ya que escariciaba levemente mi clítoris sobre la tela de mis bragas.

— ¿Segura que quieres que pare? — elevó una ceja.

— N-no v-voy a per-perder mi virginidad con un idiota. — entrecortada.

Este me toma de la cintura para recostarme sobre la cama.

Quitó su característica chaqueta de cuero desgastada para después posicionarse sobre mí.

— Tranquila, a mí tampoco me apetece acostarme con una mocosa como tú. — dijo con astucia.

Si no quiere tener sexo conmigo, ¿qué es lo que quiere hacer?

— Un oral. — respondió como si me hubiera leído la mente. — Nos daremos placer mutuamente.

Me quedé atónita ya que jamás había hecho eso, era completamente inexperta en el mundo del sexo.

Hubo un silencio en el cual sabía que debía darle una respuesta.

Su mirada trigueña estaba clavada sobre mis ojos que lentamente fue bajando hasta mis labios los cuales contemplaba con cierta lujuria mordiendo su labio inferior.

— Hazlo. — solté sin más y él sonrió con picardía. 

Me soprendí al ver que me besó con delicadeza.

Pero poco a poco se fue intensificando y volviéndose más desesperado.

— ¿Quieres que empiece yo?

Dijo eso entre el beso y yo asentí com mi cabeza tímidamente.

— Quítate la falda y tus bragas. — ordenó.

Con dificultad, tumbada sobre la cama, elevé mis caderas para poder desprenderme de mi falda, la cual fue tirada a saber donde.

Mi pecho subía y bajaba con rapidez, sentía ciertas mariposas en el estómago.

Jeon se acomoda en mi entrepierna para comenzar lo que viene siendo mi primera masturbación por parte de alguien.

Sus dedos volvieron a acariciarme con atención, como si mi cuerpo se tratara de algo frágil.

Pero eso se esfumó cuando sentí como su dedo corazón se introdujo en mi interior.

— ¿Te gusta? — preguntó.

Me sobresalté al sentir un segundo dedo.

— S-sí... — dije excitada. — No... pa-pares...

En el momento que adentró el tercero empecé a moverme sobre las sábanas.