ᴛʜᴇ ꜰᴀᴋᴇ ʟᴏᴠᴇ 𝐨𝐟 𝐚 𝐛𝐚𝐝 𝐛𝐨𝐲 || ᴊᴋ ©

𝟚.

Mi piel se erizó al sentir la grave voz del chico contra mi oído.

Volvió a su postura original para regalarme una mirada asesina, irritado me toma con fuerza del antebrazo.

Miré hacia atrás y Jennie estaba asustada, ambas sabíamos que acababa de meterme en un lío.

Abrió la puerta de una sala, más concretamente el cuarto de limpieza del portero.

Me empujó violentamente contra la pared mientras seguía apretando cada vez más y más mi muñeca.

— ¡JungKook para! ¡me haces daño! — apreté mis ojos aguantando el dolor.

— ¡Dime por qué contaste esa mierda por ahí! — ejerció más presión, acto que hizo morder mi labio inferior, aguantando el dolor.

— ¡JungKook me estás haciendo daño! — me quejé dolorida.

— ¡RESPÓNDEME  JODER! — chilló molesto.

— ¡No lo sé! ¡estaba borracha! — dije harta de escucharlo gritarme de esa manera, hace que me sienta todavía más culpable.

La habitación se quedó en completo silencio. Él con la respiración agitada al igual que la mía.

Me analizaba con la mirada de pies a cabeza.

Sin importancia me suelta.

Miré mi muñeca, estaba muy roja y seguramente mañana morada.

JungKook pega una patada a una de las mesas.

— Explícate Smith, se me está acabando la paciencia y no creo que quieras conocerme enojado.

Podía notar como la vena de su cuello se hinchaba.

No sabía que responderle, pero lo mejor que podía hacer ahora es decirle la verdad.

— Yo... soy... — no quería manifestar aquello. — s-soy vir-virgen... — solté finalmente. 

Él frunció su ceño sin comprender lo que acababa de decir.

— Que yo recuerde no te pregunté por tu vida sexual. — se cruza de brazos elevando una ceja. — ¿me estás vacilando?

— No, tiene que ver con todo... anoche fui a una discoteca, salí de fiesta y me emborraché. Tampoco sabía muy bien lo que decía...

— Ve al grano que no tengo toda la mañana. — miró la hora en su móvil.

¿Y por este chico están todas detrás?

Menudo patán.

— Nayeon, Seulgi y Yuna empezaron a molestarme con el tema de... que soy virgen y que nunca me di un beso con alguien... — miré hacia otro lado.

— ¿Y? — indiferente.

— Estaba harta de ellas así que les dije que tenía novio para callarlas y bueno... dije que eras tú. — elevé mis hombros.

— Bueno, pues les dices que es mentira y problema resuelto. — dijo dándose la vuelta a punto de salir pero lo detuve tomándole del brazo.

Me miró confundido.

— Yo... no puedo hacer eso... — rasqué mi nuca nerviosa.

— Ah, ¿no? ¿y por qué? — se safa de mi agarre.

— ¿¡Cómo que por qué!? ¡quedaré aún más en ridículo! — alterada.

— Eso a mí me da igual, es tu problema, no el mío. — otra vez iba a irse pero volví a detenerle. — ¿y ahora qué? — preguntó harto.