ᴛʜᴇ ꜰᴀᴋᴇ ʟᴏᴠᴇ 𝐨𝐟 𝐚 𝐛𝐚𝐝 𝐛𝐨𝐲 || ᴊᴋ ©

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El sonido de los grifos y las voces de las chicas ambientaban el vestuario.

Después de dos horas de un intenso y duro entrenamiento la ducha era el mejor momento de la tarde, una sensación relajante, refrescante y satisfactoria.

Salí envuelta en una toalla mientras escurría y secaba mi cabello con otra de menor tamaño.

— No sé... — dijo Jennie no muy convencida.

Estaba sentada en una banca calzándose sus deportivas blancas.

— ¡Qué sí! de verdad, deja de darle vueltas. — insistió la pelinegra.

Me acerco a ellas y me uno a la conversación.

— ¿Qué pasa? — retiré mi toalla y abrí mi taquilla para recoger mi ropa, mezclada con mi mochila, algunas cuantas libretas y mi botella de agua, de la cual di un trago.

— Jennie está preocupada por no ganar el partido. — dijo mi amiga haciéndose una coleta.

Me giré a verla con una sonrisa comprensiva para así despeinar su cabello.

— Tranquila, ya verás, vamos a ganar. El entrenamiento de hoy ha sido un éxito. — dije vistiéndome mi ropa interior, que por cierto, es de color negro.

— Pero... agh, es que me dijeron que las de la otra uni son muy buenas... — sobó su brazo preocupada.

— Pero nosotras somos mejores. — dijo Ahn segura de sí. —. Y más teniendo a _______ como líder del equipo. — dice con una sonrisa llena de orgullo, apoyando su mano sobre mi hombro.

En la universidad soy la capitana del equipo de volleyball y de animadoras.

Amo, pero amo el volleyball, me obsesioné por el una vez que viajé a Miami cuando tenía trece años.

Recuerdo pasarme las tardes en la playa jugando con mis amigos.

Pero todo cambió, ojalá volver a esa vida...

Cuando mi madre aún vivía.

— Enserio Smith, si no te vistes te voy a dar como cajón que no cierra. — guiña un ojo coqueta y me da una fuerte nalgada, la cual dolió bastante.

— ¡Ahn! — pegué leve en su brazo sonrojada y todas soltaron una carcajada. — Es una lástima que te acuestes con el profesor Kim, de lo que te pierdes amiga... — le mostré mi trasero nuevamente para molestarla.

— Muy graciosa, aunque creo que me quedo con el profesor Kim. — dice sacando su lengua.

— Golosa... — añadió Jennie divertida.

Después de vestirnos y recoger nuestras pertenencias salimos de allí con nuestras mochilas colgadas sobre nuestros hombros.

— Oye _______.

Ahn rompió aquel silencio en el que todas nos dedicábamos a mirar las pantallas de nuestros móviles.

Entrenábamos por un largo rato por lo que la barra de notificaciones suele haber algún que otro mensaje.

— ¿Por qué nunca nos contaste lo tuyo con Jungkook?

Mierda.

— Pues...

— Buah, menudo tío te cargas... está... — muerde su labio inferior.

— Sí, bueno, no os lo niego. — reí leve.

Ahn hizo una cara de confusión.

– Es que me quedé flipando, siempre odiaste a Jeon y de la noche a la mañana sois algo.