ᴛʜᴇ ꜰᴀᴋᴇ ʟᴏᴠᴇ 𝐨𝐟 𝐚 𝐛𝐚𝐝 𝐛𝐨𝐲 || ᴊᴋ ©

𝟜𝟘.

Mi cerebro no procesaba esas palabras. Era como si su voz resonara en mi cabeza todo el tiempo y el alrededor se nublara por completo para mi vista.

Él estaba como si nada, sus palabras salían de su boca con indiferencia alguna mientras que yo sentía como si el mundo fuera a venirse sobre mí y fuera a aplastarme.

Los presentes en la habitación observaban la escena con asombro.

Pero no me estaba fijando en sus expresiones, yo estaba en otro mundo. Sentía mi cuerpo pesar, mi labio temblaba, y mis ojos comenzaban a picar, todo mientras retrocedía hacia atrás.

— No... n-no pu-puede s-ser... — mis lágrimas comenzaron a amontonarse en mis pupilas. Me estaba conteniendo en no llorar frente a todos, siempre lo había hecho en silencio.

— ¿Está usted seguro de lo que dice joven Jeon? — cuestionó el médico aproximándose a él.

El azabache asiente con su cabeza.

— Sé que está en mi universidad, que es hija de un empresario extranjero y creo que a veces coincidimos en algunas clases.

— ¿Y a nosotros nos recuerdas? — preguntó TaeHyung algo nervioso por la situación, pero estaba confundido forzando ligeramente sus cejas.

El médico retiró sus gafas. — Parece ser que JungKook presenta problemas con su memoria, debemos hacerle unas cuantas pruebas para determinar que es lo que pueda ser.

— ¿Pero por qué a nosotros nos recuerda y a ella no? — habló Baek.

— Por lo que veo Jeon solamente recuerda a partir de cierto punto. Os recuerda, porque vosotros sois personas que han estado con el la mayoría de su vida.

Todos se giraron a verme.

Yo había entrado en la vida de JungKook de un momento a otro, como una tormenta sin haber sido anunciada. Y él en la mía, como un vendaval.

En apenas un año, él se había convertido en la persona más importante de mi vida. Era un tiempo bastante corto, pero eso nos daba completamente igual. Habíamos compartido tantas cosas, pasado por tantos baches...

Él me había mostrado su verdadero yo, algo que nadie había visto, solamente yo.

Sus ojos, puestos sobre mí, no transmitían emoción alguna, volvían a estar apagados sin aquel brillo que tenía cuando me miraba. Era como si volvieramos tiempo atrás.

— ¡_________! — escuché a JiMin llamándome, pero yo ya había salido de la habitación, caminando con rapidez por los pasillos brotando mis lágrimas por mis mejillas.

Salí del edificio y miré el cielo. Parece que el tiempo estaba del mismo humor que el mío, las nubes negras se adueñaban del cielo, comenzando a lloviznar.

Simplemente me eché a correr por las calles, resonando mi nariz fuertemente. Durante todo el camino no había parado de pensar en sus palabras, en su rostro, en su sinceridad.

La mansión estaba vacía, un gran silencio a excepción del sonido de la lluvia y los truenos. Mi cabello estaba completamente mojado al igual que mis tenis, quienes al caminar hacían un pequeño sonido de chapoteo.