𝟛𝟜.

1.1K 65 28
                                    


En el camino de regreso a casa JungKook se había estado comportando de una manera muy extraña.

Ambos subidos en el coche, sin que la radio nos acompañara en el trayecto, provocaba un silencio incómodo.

Él simplemente miraba hacia adelante con su vista posada en la carretera, apretaba el volante haciendo que las venas de sus antebrazos resaltaran.

Desde mi asiento podía notar su tensión. La lengua rechocaba contra su mejilla y sus músculos comprimidos lo delataban.

No quería ser una entrometida por lo tanto no dije ni una sola palabra.

Desde que salimos del cementerio ha actúa diferente, incluso diría que me recordaba a la que tenía cuando lo conocí. Fría.

Pero sus ojos repletos de lágrimas y su faz pálida no decían lo mismo.

Por un momento vi a un JungKook asustado, horrorizado, un lado que jamás había visto.

Nunca había conocido a una persona tan fría como él, sin apenas sentimientos.

Pero ahora que sé su pasado, por todo lo que ha tenido que pasar y sufrir, puedo comprenderle.

Cuando el auto se estacionó en su respectivo aparcamiento, este directamente salió de el, yo detrás suya.

En el ascensor y por el camino con destino al departamento no se había dicho ni una sola palabra.

Una vez la puerta se cerró detrás de mí, lo observé.

Caminó hacia la cocina en busca de un pequeño vaso para llenarlo de ron, solo ron blanco.

Después de bebérselo de un solo trago y hacer alguna que otra mueca por su fuerte sabor, se dirigió hacia nuestra habitación para adentrarse en el baño.

Yo llegué después, escuchando el sonido de la llave del agua abierta, parecía estar duchándose.

Solté un largo suspiro para hacer mi rutina de noche. Comencé a desvestirme para tomar mi pijama del armario y cambiarme.

Me deshice de mi apretado moño, el cual me había estado molestando un poco, aunque a la vez es cómodo.

No tenía mucha hambre después del helado que habíamos tomado esta tarde, así que opté por calentar un poco de agua en una taza y prepararme un té.

Una vez lo bebí regresé a la habitación para deshacer la cama y recostarme sobre ella.

Tomé de la mesilla de noche aquel libro que aún no había terminado de leer y retomé mi interesante lectura.

Minutos después el seguro de la puerta se escuchó, abriéndola y dejando ver su silueta salir del baño.

Su pecho estaba desnudo exponiendo todos sus tatuajes hacia mí, además de que solo estaba en bóxers.

Con una pequeña toalla secaba su cabello amentolado a la vez que caminaba.

No quería mirarlo, aunque solo estuviera releyendo la misma frase todo el tiempo sin prestarle atención alguna.

Se sentó en el borde de la cama observando la ventana que se encontraba a nuestro lado. Parecía estar pensativo mientras admiraba la ciudad de Seúl, perdido entre las luces de los edificios escuchando el sonido de los coches pasar.

Dejó caer su cuerpo sobre el colchón, dándome la espalda evitando cualquier tipo de contacto físico conmigo.

Sin aviso alguno apagó la única luz que nos alumbraba, la lámpara de la mesilla de noche.

ᴛʜᴇ ꜰᴀᴋᴇ ʟᴏᴠᴇ 𝐨𝐟 𝐚 𝐛𝐚𝐝 𝐛𝐨𝐲 || ᴊᴋ ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora