ᴛʜᴇ ꜰᴀᴋᴇ ʟᴏᴠᴇ 𝐨𝐟 𝐚 𝐛𝐚𝐝 𝐛𝐨𝐲 || ᴊᴋ ©

𝟚𝟞.

— ¿Quieres?

Fue lo que me preguntó JungKook mientras rellenaba de café, junto con su botella isotérmica, unos pequeños vasos de plástico.

— Sí, sin café por las mañanas, no soy persona.

Estiré mi brazo para tomar el recipiente entre mis manos para así calentarlas un poco.

— Cuidado, aún quema. — se sentó a mi lado con el pelo algo despeinado de haber dormido, además de que aún estaba con el pecho al descubierto.

En el exterior hacía frío pero dentro de la tienda, al ser dos, hacía bastante calor.

— ¿Sigue lloviendo? — pregunté debido a que yo aún no había salido.

No recordaba haber venido caminando, montar la tienda y habernos echado a dormir.

Después me contó como me había llevado en brazos una vez montada la tienda de campaña.

— No, pero está todo cubierto por el rocío y la temperatura aún es algo húmeda. — dio un sorbo a la bebida. — Creo que no va a llover más, o eso dice el hombre del tiempo.

Saqué mi móvil del bolsillo para revisar la hora, las cuatro y media de la tarde.

No era sorprendente habernos levantado a estas horas, el día anterior había sido muy duro y cansado.

Abrí mis redes sociales a lo que me llevé una gran sorpresa.

— Joder... — dije aterrorizada al ver mi pantalla.

— ¿Qué pasa? — JungKook apartó la vista de su móvil para mirarme a mí.

Ayer simplemente habían subido a internet, revistas y periódicos, la noticia de la cancelación de nuestro matrimonio con la portada de la foto que nos tomaron a mí y a JungKook en el departamento.

Pero tratándose de mi padre y el de Jeon, sabía que las cosas no serían tan fáciles.

Al parecer la policía ya está en nuestra búsqueda, debido a que ya han pasado veinticuatro horas de nuestra ausencia y ya puede considerarse como una desaparición.

— Nos están buscando... — dije sin apartar la mirada de la noticia.

— Joder... — suspiró JungKook. — Serán... — apretó la mandíbula para evitar decir una grosería.

— ¿Crees que nos encuentren? — dije con un tono preocupante, hasta mis manos comenzaban a sudar.

— No. — respondió de inmediato mientras vestía su holgada camiseta negra. — Primero nos estarán buscando en Busan, no creo que salgan de ahí, al menos hoy.

— Espera. — dije sorprendida. — ¿no estamos en Busan? — confundida. — ¿entonces dónde estamos?

— En Daejeon, a una hora y media de Seúl. — dijo abriendo la mochila donde se encontraba toda la comida que cocinamos ayer.

— ¿Y cuándo nos iremos? — bloqueé mi móvil y crucé mis piernas.

Comenzó a sacar unos envases con comida, si mal no recuerdo era un poco de kimchi y un plato de bibimbap.

— Tenía pensado irnos en unos días, pero viendo como están las cosas, va a ser mejor irnos esta misma noche. — me entregó mi plato con la comida en el. — Ahora hay que comer.

Sin más que decir metí un trozo de carne a mi boca saboreando su deliciosa textura.

Debía admitir que me impresionaba como cocinaba JungKook, no me malinterpretéis pero me esperaba otra cosa.