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Jacobo. - No me digas eso Juliana, tu madre nunca ha sufrido, ella sabe que la amo nunca le he engañado respecto a lo que hago, si te refieres a Daniela ella lo sabe, se lo dije en el momento que sería padre por segunda vez, me avergüenza la manera, pero me enorgullece tu hermana sé que no la veras así, pero las une la sangre. Daniela es una Valdés, aun cuando no lleve el apellido leva mis genes.

Juls. - ¡Por dios chino, ¡¿Y para qué sirven tu porquería de genes? ¿para hacer infeliz a los que dicen amar? Eres una total basura, nunca pensaste que de niña yo te necesitaba a ti a mi padre, pero tú solo estabas ocupado en multiplicar tus negocios, tu fortuna tu prestigio para que todos te rindieran pleitesías.

Tú no sabes de amor ni de nada no te creo chino, tú no sabes nada de amor jugaste con Lucia y con mi madre.

Jacobo. - te juro que no, por ambas he sentido algo especial.

Jul. ¡hay no por dios ¡algo especial se siente por una mascota o algo así no por una persona y menos si nunca has sentido mariposas en el estómago cuando sabes que veras a esa persona especial, tú no sabes ni siquiera donde quieres estar, por eso te la pasas viajando, cuando amas a alguien sabes que es con esa persona es con la única que quieres estar y tú ni con mi madre ni con Lucia.

Jacobo. - Eso no es cierto Juliana, soy tu padre y no puedes juzgarme y menos darme lecciones ¿tú qué sabes de amor, eres una escuincla que arruino su mundo por sí misma.

Juls. Tienes razón chino, destruí mi propio mundo por pendejadas y mírame de esta silla jamás me volveré a parar, pero estoy tratando, estoy reconstruyendo mi mundo, mi vida soy una escuincla, pero se perfecto que es con Valentina con quien quiero estar cada día, quiero que se enamore de mi a cada instante, y amanecer a su lado el resto de mi vida, quiero que sean el azul de sus ojos los que sean siempre mi amanecer y su sonrisa sea mi sol.

No sé si eso que siento por Valentina es amo, pero no entiendo mi vida sin ella a mi lado, Val, le da color a mi mundo, ese mundo que siempre fue en blanco y negro ni tu dinero, ni tus regalos lo iluminaron nunca o tal vez lo lograbas, pero por momentos y tu ausencia apagabas todo.

Jacobo. No digas eso Juliana, yo amaba a Lucia, desde siempre soñé que sería mi esposa la niña rica seria la mujer de este niño que era más que pobre, pero su familia no me lo permitió, no alejo los negocios y la religión a veces o siempre pueden más que el amor.

Lucia era todo para mí siempre fue la única que me decía que cuando estuviera en sus manos ella cambiaria mi vida y lo cumplió el día que se casó yo sin saberlo ella modifico mi destino por lo tanto el tuyo, el de todos.

Juls. - ¿A qué te refieres?

Jacobo- No hablemos de eso, solo quiero que no tengas un mal concepto de mi, suficiente me he equivocado en la vida sé que tú no eres feliz y Daniela mi hija tampoco, no le puedo decir la verdad ahora para no lastimarla se lo prometí a Lucia.

Juls. Jacobo estas tan vacío ¿alguna vez te has preguntado si Lupita mi madre es feliz a tu lado? no se Chino si en verdad la amas o nunca lo hiciste, porque hablas de Lucia y se te ilumina la mirada, como si cada que dices su nombre quisieras o te regresas en el tiempo a ese donde ella y tu eran amigos o más que amigos, es como si te arrepintieras de casarte con mi madre por tanto estas arrepentido de que yo naciera y de verdad que eso me explicaría por completo tu ausencia, tu falta de cariño para conmigo y con Lupe.

Ahora tal vez entiendo porque ella también se convirtió en una madre ausente siempre trabajando, todo el tiempo me han hecho sentir que les estorbo, ella siempre con sus trapos cosidos, sus modelos, crecí entre ellas, viendo como mi madre le da más amor a sus modelos y a sus vestidos que a mí, consideré que eso era normal porque la fama finalmente cuesta y ella y hasta tú tenían que conservar su prestigio.

INTERCAMBIANDO DESTINOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora