Dejemos de fingir (3)

Mateo es listo, guapo, coqueto y con un sentido del humor fascinante. Y por si fuera poco, popular. ¿Que si tenía dinero? Dinero no le faltaba. Definitivamente lo tenía todo.

Era perfecto.

Solo que tanta perfección era un poco abrumadora para los de su alrededor. Pero no les importaba, porque amaban estar con él.

Mateo es de los que sabe fingir muy bien, colocando una atractiva sonrisa en sus apetecibles labios y deslizando una máscara sobre su llamativo y pecoso rostro, de una personalidad increíble para envolver a todos alrededor de su meñique.

Y entonces conoce a un lindo moreno. Un lindo e intrigante moreno. O lo que parece ser moreno, pues su pelo parece más una peluca que el real.

¿Por qué se siente diferente cuando está con un tal Dylan? ¿Por qué sentía que debía protegerlo y cuidar de él?

¿Por qué muestra su verdadera faceta ante aquel chico bajito?

No sabía la respuesta para ello, simplemente se encontraba siendo realmente "él" con un chico que también mentía sobre sí mismo.

Ambos eran unos impostores. Pero cada quien tenía sus razones para serlo.